ÁFRICA/SIERRA LEONA - “Sobre los diamantes de sangre hay zonas de sombra difíciles de iluminar” dice un misionero

martes, 10 agosto 2010

Roma (Agencia Fides)- “Me parece un proceso muy espectacular pero que es difícil profundizar en los diversos aspectos de hechos muy complejos” dice a la Agencia Fides p. Gerardo Caglioni, misionero saveriano con una larga experiencia en Sierra Leona, comentando las audiencias del Tribunal Especial por Sierra Leona de la Haya, en estos días en el centro de la atención de los medios mundiales por el testimonio de Naomi Campbell. En el banco de los imputados está el ex presidente de Liberia, Charles Taylor, acusado de haber alimentado la guerra en el Estado cercano por comenzar un lucroso comercio de diamantes (los llamados “diamantes de sangre”). La guerra civil estalló en Sierra Leona en 1991 y ha durado, en fases alternas, hasta enero del 2002. El conflicto se caracterizó por atrocidades cometidas a gran escala contra la población civil: secuestros, amputaciones, violaciones, reclutamientos forzados de niños soldados (ver el testimonio en Fides de una misionero: FIDES 29/1/2004). El grupo de guerrilla del Frente Revolucionario Unido (RUF, el grupo apoyado por Taylor) ha sido acusado de la mayor parte de estos crímenes, que están ahora bajo examen por un tribunal especial instituido por las Naciones Unidas.
“Es un proceso muy lento, si se piensa que están juzgando hechos sucedidos hace más de 20 años. En el debate emergen evidencias de la responsabilidad de Charles Taylor, que está ya bajo los ojos de todos ya en la época de la guerra civil, pero temo que será difícil hacer emerger el cuadro más amplio relativo a la comercialización de los llamados diamantes de sangre” dice p. Caglioni.
“Hay responsabilidad que va más allá de Sierra Leona o Liberia. La mayor parte de los combatientes de Taylor, a parte de los niños soldados reclutados localmente a la fuerza, eran extranjeros, en práctica de los mercenarios. En aquella época, se ha hablado mucho de Bin Laden que proveía de armas a cambio de los diamantes escavados ilegalmente en Sierra Leona. Pero estos diamantes se colocaron en los circuitos internacionales, gestionados por las multinacionales de piedras preciosas. Hay por tanto zonas de sombra que temo que serán difíciles de iluminar” concluye el misionero (L.M.) (10/8/2010)


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