ÁFRICA/SIERRA LEONA - Los Misioneros Javerianos y la edificación de la Iglesia local, hoy “dinámica y emprendedora”

miércoles, 21 julio 2010

Freetown (Agencia Fides) – El 8 de julio se celebraban los 60 años de la llegada de los primeros Misioneros Javerianos a Sierra Leona (ver Fides 7/7/2010). En este largo arco de tiempo han contribuido de manera notable a la edificación de la Iglesia local, como recuerda el p. Gerardo Caglioni, misionero en esta tierra desde hace mucho tiempo, en su testimonio enviado a la Agencia Fides.
“La llegada –hace 60 años– de los misioneros Javerianos, introdujo un elemento nuevo en la vida de la Iglesia de Sierra Leona. El Vicariato de Sierra Leona (nacido en 1858 con Mons. Brésillac) vio de esta manera la primera división y el nacimiento de la Prefectura Apostólica de Makeni, que pronto se convertiría en Diócesis (1962). De esta manera, la sección norte del país, confiada enteramente a los Javerianos, además de ser terreno fecundo para la Plantatio Ecclesiae, recibía el importante encargo de convertirse en Iglesia Local. Es en este sentido que los Javerianos han trabajado en todos estos años. Ellos, que llegaron como misioneros, ahora –luego de 60 años y dos Obispos de su Congregación religiosa y misionera, Mons. Augusto Azzolini y Mons. Giorgio Biguzzi– están por entregar esta Iglesia –que construyeron durante un intenso y fecundo periodo– a un miembro del clero local generado por ellos. Al cumplimiento de su 75º aniversario, el Obispo Biguzzi entregará esta Iglesia a un miembro indígena de esta joven iglesia local.
Los Javerianos (como los del Espíritu Santo y otros religiosos activos en el país) han realizado muchas cosas en muchos años de trabajo en Sierra Leona. Comenzando por la educación en las escuelas, pasando por la ayuda generosa a los pobres y a los enfermos, han dado vida a una Iglesia local dinámica y emprendedora. Con las parroquias, las out-stations, los seminarios, los centros de catequesis y pastoral, los conventos, y muchas otras incontables actividades, han hecho crecer y madurar una Iglesia que hoy puede orgullosamente considerarse adulta. No niego, según lo que afirma el Primer Sínodo Africano, que se siga necesitando ayuda por parte de los misioneros, pero pienso que es ya los suficientemente madura como para sentirse y llamarse autónoma. Creo, en este caso específico, que puede ser este el gran orgullo para los Javerianos que han trabajado (poco o mucho tiempo) en Sierra Leona.
Llegados a una tierra todavía extraña al Evangelio, prácticamente sin ninguna estructura, ahora, luego de 60 años, confían esta Iglesia madura de Makeni a la comunidad cristiana africana que generaron, llena de centros y de dinámicas actividades, además de un clero preparado y casi autónomo. Parece inminente la multiplicación de las Diócesis en Sierra Leona. Los primeros cristianos de hace 150 años crecieron, pero sobre todo se esforzaron por orientar y dirigir su propio futuro con una Iglesia personalizada, hecha a su medida. No faltaron sacerdotes y laicos deseosos de tomar las decisiones que consideran más adecuadas para el futuro de su Iglesia local. En efecto, a los Padres del Espíritu Santo antes y luego a los Misioneros Javerianos, se han ido agregando muchos otros Institutos religiosos y Comunidades de consagrados que han enriquecido y estimulado positivamente esta tierra de África. Y siguen haciéndolo.
Luego de la tremenda guerra civil de una década, provocada por el RUF, han confluido en el territorio nacional también muchas organizaciones civiles que han facilitado su reconstrucción civil y moral. Ellas han sido también fermento positivo para todo el país. También en este campo los Javerianos han contribuido de manera significativa y competente en muchos campos, aunque no sea éste el momento para explicarlo. Sus frutos serán contados por la Historia a su debido tiempo. Termino con una oración. Que todos estos años de trabajo y sacrificio por el anuncio del Evangelio en esta tierra africana, sean como las semillas fecundas de la parábola evangélica. Si la semilla muere, podrá dar mucho fruto. Los Javerianos están pasando ahora por un momento recesivo. La mayoría de las misiones está siendo administrada por clero local y muchos de los misioneros javerianos son ancianos o están enfermos. Las nuevas vocaciones, sobre todo en el viejo continente, no responden de la misma manera. Tal vez ha llegado el momento para esta semilla, de confiarse a la tierra y dejar que la naturaleza haga su parte. Pidamos a Dios que bendiga esta simiente para una futura vida nueva. (p. Gerardo Caglioni, SX) (Agencia Fides 21/07/2010)


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