ÁFRICA/SIERRA LEONA - 8 de julio: 60 años de presencia de los Misioneros Javerianos en Sierra Leona

miércoles, 7 julio 2010

Freetown (Agencia Fides) – El 8 de julio se celebran los 60 años de la llegada de los misioneros javerianos a Sierra Leona. Cuatro hombres –que partieron del puerto de Liverpool con la nave Apapa el 29 de junio de 1950– desembarcaron esa mañana en el puerto de Freetown. Eran los Padres Augusto Azzolini (que los guiaba) con Pietro Serafino Calza, Attilio Stefani y Camillo Olivani. Fueron los primeros de una numerosa estela de misioneros, que hicieron presencia en la parte norte de Sierra Leona, que hasta ese momento no había recibido el mensaje del Evangelio. Por ello fueron llamados “Los Cuatro Pioneros”. Con ellos se abrió un interesante capítulo de la historia de Sierra Leona y de la vida de la Iglesia Católica. Sesenta años puede parecer pocos en medio de una larga historia africana, pero puede también considerarse muchos por lo que significan para esta particular nación africana y por los cambios verdaderamente milagrosos realizados en esta tierra de los Cuatro Pioneros y por los numerosos hermanos que poco después los siguieron en Sierra Leona. Pero dejemos que sea la historia misma la que dé cuenta de estos hechos.
Luego de una larga negociación con los Padres del Espíritu Santo, presentes en el sur del país desde 1864, y la Sede Apostólica (particularmente con la Congregación de Propaganda Fide), finalmente se abrió campo a los Misioneros Javerianos a la acción misionera en la Colonia y en el Protectorado Británico de Sierra Leona. Una gran tajada le fue sacada a los territorios confiados a los Misioneros y entregada a los Javerianos. Un territorio que había sido definido como “impenetrable para el Evangelio”, pues – así se decía entonces –, estaba habitado preponderantemente por Mahometanos”.
La verdad tal vez era distinta y los hechos lo demuestran. Desde el punto de vista estadístico las fuerzas musulmanas eran ciertamente minoritarias, si se las compara con los adherentes a las Religiones Tradicionales Africanas, pero su influencia era ciertamente prevalente sobre la mayoría de la población. Mientras la presencia cristiana era simplemente insignificante y de poco valor: algunos grupos protestantes estaban intentando, con poco éxito, una aproximación bíblica con esas poblaciones, pero desde el punto de vista cristiano, una aproximación sistemática y coordinada inteligentemente, como efectivamente fue la de Mons. Azzolini y de los Javerianos, nunca se había dado antes.
No contaré toda la historia de la evangelización y de la presencia de los Javerianos en los pasados 60 años, pero sí quisiera poner en evidencia algunos elementos que caracterizaron su acción evangelizadora y misionera. Según ciertos lugares comunes y la praxis javeriana precedente, hubo momentos de incomprensión y de oposición a los métodos adoptados por los Pioneros al inicio de su actividad africana. El elemento de confrontación era la misión en China y los modos de actuar experimentales precedentemente. La escuela era considerada una pérdida de tiempo y de energía, no sólo económica sino también humana. Y los superiores no siempre entendieron el valor de este instrumento humano de evangelización. Pero fue precisamente con la escuela, más aún, dentro de la escuela, que nacieron los primeros cristianos y las primeras iglesias. De las aulas escolásticas, luego transformadas en iglesias, salieron los primeros adherentes a la fe y el germen de lo que hoy son las florecientes comunidades cristianas en el norte de Sierra Leona. Será necesario el Vaticano II – y una nueva generación de Javieranos – para entender que se trataba de medios del Evangelio para una evangelización integral. Esos fueron también los instrumentos para el encuentro con el Islam y los musulmanes. Sin la escuela jamás habrían sido capaces de afrontar el mundo musulmán y tampoco se habría podido llegar a los seguidores de las religiones tradicionales.
A los superiores en su patria, Mons. Azzolini escribe: «… He tenido la suerte, no sé si feliz o infeliz, de empezar una misión y una diócesis de la nada, y he tenido que usar sistemas y métodos nunca antes conocidos en nuestras misiones. He tenido que adaptarme a métodos ya adoptados en esta tierra africana y he tenido que penar y sufrir para hacer entender que aquellas eran las formas de apostolado y de trabajo que se usaban aquí, en África. Ahora estamos en esa dirección. Y naturalmente las cosas y las obras se desarrollan trayendo nuevas exigencias y nuevas adaptaciones… Es notable el hecho de que en África no se conciba una misión católica o no católica sin compromiso en el campo escolástico. Perdería todo su prestigio y toda su fuerza de trabajo, con la amenaza incluso de ser cerrada. Con nuestras escuelas y colegios hemos logrado crear una verdadera atmósfera cristiana en esta Provincia, donde antes ni siquiera se había escuchado hablar de Iglesia Católica».
Este discurso, del Ministro del Interior –pronunciado en 1987 en nombre del Presidente de la República, con ocasión de la toma de posesión de Mons. Giorgio Biguzzi– lo confirma: «La dedicación [de Mons. Azzolini], su capacidad de amar y de comprender a la gente de su diócesis, el apoyo recibido por él de la Misión Católica, dieron como resultado una rápida expansión de la educación en una zona de nuestra nación que hasta ahora había sido descuidada. Antes de su llegada, la Provincia del Norte no tenía ningún escuela secundaria… Cuando el obispo llegó a este país se encontró en un área que todavía no había sido abierta a las oportunidades de la educación. Ahora que deja esta tierra deseo asegurarle que sus obras no serán olvidadas. Y es con un sentimiento de profundo reconocimiento personal, unido a una gran pena, que hoy damos el adiós a uno que no ha sido sólo un misionero, sino también un hermano, un amigo y un padre para muchos sierraleoneses… A nombre del nuevo Gobierno y de la población de Sierra Leona damos nuestro gracias a Mons. Azzolini y le deseamos todo bien en cualquier lugar en que se encuentre. Asimismo quiero expresar mi más sincera estima a la Misión Católica, por la maravillosa contribución dada a nuestros esfuerzos para el desarrollo, y la expreso también a todos aquellos que, como Mons. Azzolini, han desempeñado un rol primario en las actividades de la Misión en Sierra Leona».
En el discurso oficial pronunciado en Makeni con ocasión de la proclamación de la Independencia de Sierra Leona (1961), Mr. Blake, Comisario Provincial, declaró: «Para vosotros [sierraleoneses]
El Gobierno ha hecho mucho, pero por motivos diversos, las misiones han hecho aún más: los Protestantes –en más de cien años– han trabajado mucho, pero a paso muy lento, siguiendo vuestra marcha. El ritmo os lo han impuesto los católicos en estos diez años, desde su llegada a vosotros. Hoy el nuevo Gobierno libre agradece la obra realizada y, a vosotros, os alienta a seguirlos en sus esfuerzos». Hablar aquí de Mons. Azzolini es hablar de los Javerianos y de la Iglesia Católica en Sierra Leona, es recordar su presencia en la Provincia del Norte en estos pasados 60 años. (P. Gerardo Caglioni, SX) (Agencia Fides 7/7/2010)


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