VATICANO - Benedicto XVI desea “a Tierra Santa, a Irak y al Medio Oriente el don de una paz estable y de una sólida convivencia pacífica”, que nacen del respeto de los derechos humanos y de la superación de toda discriminación

sábado, 26 junio 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Deseamos a todos en Tierra Santa, en Irak y en Medio Oriente el don de una paz estable y de una sólida convivencia pacífica. Ellas nacen del respeto de los derechos de la persona, de las familias, de las comunidades y de los pueblos, y de la superación de toda discriminación religiosa, cultural y social”. Son las palabras pronunciadas por el Santo Padre Benedicto XVI el 25 de junio, durante la audiencia concedida a los miembros de la Reunión de las Obras en Ayuda de las Iglesias Orientales (Roaco), con ocasión de la sesión estiva.
El Santo Padre alentó “a los hermanos y hermanas que, en Oriente, comparten el don inestimable del Bautismo de perseverar en la fe, más allá de los numerosos sacrificios, y permanecer en el lugar en que nacieron”. Luego exhortó a los migrantes orientales “a no olvidar sus propios orígenes, especialmente los religiosos” e hizo “un homenaje especial a los cristianos que sufren violencia a causa del Evangelio”. “Cuento siempre con los Responsables de las Naciones –afirmó el Santo Padre–, para que garanticen de manera real, sin distinciones y en todas partes, la profesión pública y comunitaria de las convicciones religiosas de cada uno”.
Luego de manifestar su satisfacción por el compromiso de las Iglesias Orientales católicas en la realización de los objetivos propuestos en el Año Sacerdotal, poniendo particular atención en la formación de los candidatos al sacerdocio y a la formación permanente del clero involucrado en la pastoral, el Pontífice recordó que “en el mundo antiguo el oriente era la sede de grandes escuelas de espiritualidad sacerdotal” y “cuando los sacerdotes, en su servicio, están guiados por motivos verdaderamente espirituales, entonces también los laicos son reforzados en su compromiso de ocuparse de las cosas temporales según su propia vocación cristiana”.
Finalmente Benedicto XVI citó la preparación de la Asamblea especial para el Medio Oriente del Sínodo de los Obispos, dando gracias a Dios por esta iniciativa, “que ya está produciendo los frutos benéficos de ‘comunión y de testimonio’ para los cuales el Sínodo fue inicialmente convocado” y por la amplia colaboración ofrecida hasta ahora por las Iglesias Orientales” a este histórico evento.
“Os pido contribuir con vuestras obras a mantener viva la ‘esperanza que no defrauda’ entre los cristianos de Oriente – afirmó finalmente el Santo Padre –. En la ‘pequeña grey’ que ellos constituyen está ya presente el Reino de Dios y el ‘camino estrecho’ que están recorriendo es aquel que el Evangelio describe como ‘camino hacia la vida’. ¡Es nuestro deseo estar siempre con ellos!”. Benedicto XVI dedicó finalmente “un recuerdo especial para Mons. Padovese, fallecido recientemente”. (SL) (Agencia Fides 26/6/2010)


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