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Paphos (Agencia Fides) – “Siguiendo las huellas de nuestros padres comunes en la fe, los Santos Pablo y Bernabé, he venido a vosotros como peregrino y como siervo entre los siervos de Dios… Espero también con alegría poder saludar a los demás responsables religiosos chipriotas. Espero poder reforzar nuestros lazos comunes y reafirmar la necesidad de consolidar la confianza recíproca ya la amistad duradera con todos aquellos que adoran al único Dios”. Son estas las motivaciones de su viaje apostólico a Chipre, tal como las expresó el Santo Padre Benedicto XVI a su llegada al aeropuerto internacional de Paphos, a las 13 horas del 4 de junio. Seguidamente, añadió el Papa: “Como sucesor de Pedro vengo de manera especial para saludar a los Católicas de Chipre, para confirmarlos en la fe y alentarlos a ser ejemplares tanto como cristianos que como ciudadanos, y a ejercer plenamente su rol en la sociedad en beneficio tanto de la Iglesia como del Estado. Durante mi permanencia entre vosotros también entregaré el Instrumentum Lavoris, un documento de trabajo en vista de la Asamblea Especial para el Medio Oriente del Sínodo de los Obispos, que se tendrá luego en Roma, este mismo año. Dicha Asamblea examinará diversos aspectos de la presencia de la Iglesia en la región y los retos que los católicos tienen que afrontar, a veces en circunstancias difíciles, viviendo en comunión con la Iglesia Católica y ofreciendo su testimonio al servicio de la sociedad y del mundo. Chipre es por ello un lugar apropiado a partir del cual lanzar la reflexión de nuestra Iglesia acerca del rol de la antigua comunidad católica del Medio Oriente, nuestra solidaridad con todos los cristianos de la región y nuestra convicción de que ocupan un lugar insustituible en la promoción de la paz y de la reconciliación entre sus pueblos”.
Por la tarde el Santo Padre se dirigió a la Iglesia de Agia Kiriaki Chrysopolitissa (Santa Ciriaca Chrysopolitissa), lugar del culto ortodoxo abierto también a los católicos y a los anglicanos, para la Celebración Ecuménica. Durante su discurso Benedicto XVI recordó que “Chipre fue la primera estación en los viajes misioneros de San Pablo”, el cual, junto con Bernabé y Marcos, se dedicó a proclamar la palabra de Dios. “Fue desde este preciso lugar que el mensaje del Evangelio comenzó a difundirse en todo el imperio, y la Iglesia, fundada sobre la predicación apostólica, fue así capaz de echar raíces en todo el mundo entonces conocido. La Iglesia en Chipre puede sentirse orgullosa de su ligamen directo con la predicación de Pablo, Bernabé y Marcos y de la comunión de la fe apostólica, que la une a todas aquellas iglesias que custodian la misma regla de la fe”.
Luego de haber resaltado que la comunión, aunque imperfecta, “ya ahora nos une y nos impulsa a superar nuestras divisiones y a luchar por rehabilitar aquella plena comunión visible, querida por el Señor para todos sus seguidores”, Benedicto XVI destacó que “la comunión eclesial en la fe apostólica es un don y un llamado a la misión”. En efecto, “como Pablo y Bernabé, todo cristiano, mediante el bautismo, está “separado” para dar testimonio profético del Señor resucitado y de su evangelio de reconciliación, de misericordia y de paz. En dicho contexto, la Asamblea Especial para el Medio Oriente del Sínodo de los Obispos que se reunirá a Roma en el próximo mes de octubre, reflexionará acerca del rol vital de los cristianos en la región, los alentará a dar testimonio del Evangelio y los ayudará a promover un mayor diálogo y una mayor cooperación entre cristianos en toda la región”. Finalmente, Benedicto XVI destacó que “la unidad de todos los discípulos de Cristo es un don que debemos pedir al Padre, con la esperanza de que fortalezca el testimonio del Evangelio en el mundo de hoy”, y que “el camino que conduce al objetivo de la plena comunión no estará, ciertamente, exento de dificultades, sino que la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa en Chipre están comprometidas a progresar en el camino del diálogo y de la cooperación fraterna”. (SL) (Agencia Fides 5/06/2010; líneas 43, palabras 697)
