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Roma (Agencia Fides) – El Card. Celso Costantini (1876-1958) fue “un verdadero protagonista en la Iglesia y en el mundo del siglo XX”, afirmó el Card. Ivan Dias, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en su intervención en la presentación de la obra de Bruno Fabio Pighin “A los márgenes de la guerra (1938-1947)”, edición crítica del diario inédito del Cardenal Celso Costantini (Marcianum Press). La publicación, autorizada y patrocinada por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de la que Costantini fue Secretario de 1935 a 1953, fue presentada en la tarde del 28 de mayo en la sala de conferencias de la Cámara de Diputados en Roma.
“Los estudios hasta ahora realizados sobre el Purpurado friulano han demostrado que incidió profundamente en la Iglesia universal – subrayó el Card. Dias en su intervención –. Trazó un puente espiritual entre el Occidente y el Oriente cuando fue primero Delegado Apostólico en China; como Secretario de Propaganda Fide imprimió direcciones fuertemente innovadoras a la actividad misionera; gracias a su obra fueron consagrados por el Papa Pío XI en la Basílica de San Pedro en Vaticano los primeros seis Obispos chinos (28 de octubre de 1926), realizando así el paso esencial hacia la coronación de su obra misionera en China; a partir de 1939 tuvo la osadía de proponer la convocatoria de un Concilio ecuménico para la reforma de la Iglesia; finalmente trabajó con previsión para la creación de una Europa unida, en la solidaridad de todas las naciones”.
Otros aspectos importantes de la figura y de la obra del Card. Costantini, en particular acerca de su papel ejercitado durante el segundo conflicto mundial, han venido ahora a la luz con la lectura de su diario, escrito cuando era Secretario del Dicasterio Misionero. “Supo establecer intensas relaciones con hombres de gobierno – puso en evidencia el Card. Dias –, exponentes de la política, prelados de todo el mundo, con intelectuales y artistas, así como también con gente humilde, sobre todo con aquellos que están sumergidos en la miseria y en la desesperación. Para estos últimos, incluidos los judíos, mons. Celso llegó a ser un punto de referencia a veces esencial en la ayuda…”.
Alentando otras publicaciones sobre la figura del Purpurado, el Card. Dias concluyó su intervención subrayando la particular relación que vinculaba al Card. Costantini al Santo Padre Pío XII: “nacieron el mismo año fueron ordenados sacerdotes el mismo año, estuvieron ambos al servicio de la diplomacia de la Santa Sede, vivieron lado a lado en la Curia romana y colaboraron estrechamente en perfecta sintonía y sinergia, murieron el mismo año y el mismo mes. Todo ello puede parecer una simple coincidencia, pero creo que se trata más bien de un designio de la Providencia, que los vio trabajando ardorosamente por la paz, por la ayuda a los desheredados de cualquier fe o etnia, por la construcción de un mundo nuevo sobre las ruinas provocadas por la segunda guerra mundial”.
En el Mensaje enviado a nombre del Santo Padre Benedicto XVI, el Card. Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, afirma: “En el período testimoniado por el Diario del Cardenal Celso Costantini es necesario relevar el trabajo constante, desinteresado y resuelto del Papa Pío XII, de la Curia romana y de todo eclesiástico, prelado, sacerdote, religioso o religiosa, buscando como fin la caridad, no la propaganda. Favorecer la paz, promover el respeto de los derechos universales, sostener la equidad, evitar el mal, ofrecer refugio, proveer a las necesidades, excluir la participación a las pasiones políticas violentas: estas son las exigencias que Monseñor Costantini – colaborador y verdadero amigo del Papa Pacelli – ha registrado todos los días en sus memorias, con grande precisión y detalle”. (SL) (Agencia Fides 29/5/2010)
