VATICANO - Benedicto XVI en Malta recuerda el gran numero de sacerdotes y religiosos que imitando el celo misionero de Pablo dejaron la isla “para llevar el evangelio a tierras lejanas”

martes, 20 abril 2010

La Valeta (Agencia Fides) – “El motivo de mi visita a estas islas es el 1950 aniversario del naufragio de San Pablo en las playas de la isla de Malta” ha dicho el Santo Padre Benedicto XVI durante la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto internacional de Malta, en Luqa, la tarde del sábado 17 de abril. “Malta ha sido una encrucijada de muchos acontecimientos importantes y de intercambios culturales en la historia europea y mediterránea hasta nuestros días – ha recordado el Papa -. Estas islas han desempeñando un papel importante en la cultura, la religión y la política de Europa, del cercano Oriente y del Norte de África. Por ello, de acuerdo con los designios ocultos de Dios, San Pablo y los primeros seguidores de Cristo trajeron el Evangelio a estas orillas. Su labor misionera produjo muchos frutos en los siglos, contribuyendo de muchas maneras a plasmar la cultura rica y noble de Malta”. En el pasado Malta ha contribuido “a la defensa del cristianismo ya sea por tierra o por mar” y todavía hoy continua a “desempeñar un papel importante en los debates actuales acerca de la identidad, la cultura y las políticas europeas”. El Papa se ha manifestado complacido por el compromiso del gobierno en los proyectos humanitarios de gran alcance, especialmente en África, y ha remarcado que Malta “tiene mucho que ofrecer en diferentes campos, como la tolerancia, la reciprocidad, la inmigración” y otros temas cruciales para el futuro del continente: continuando a defender la indisolubilidad del matrimonio, la naturaleza de la familia y el verdadero respeto que se debe otorgar a la libertad religiosa. Gozando de “estrechos vínculos con el cercano Oriente”, Malta podrá ponerlos a fructificar “para servir de puente en la comprensión entre los pueblos, las culturas y las religiones presentes en el Mediterráneo”.
A las 19.45 el Santo Padre se trasladó a la iglesia de San Pablo en Rabat, en la que lo esperaban 250 misioneros. Después de rezar unos minutos ante el Santísimo y la visita a la Gruta de San Pablo, donde, según la tradición, el apóstol predicó allí durante tres meses después de su en la Isla, Benedicto XVI ha recordado en su discurso que “El trabajo apostólico de Pablo produjo también una abundante cosecha con la generación de predicadores que siguieron sus huellas y, de modo particular, con el gran número de sacerdotes y religiosos que, imitando su celo misionero, dejaron Malta para llevar el evangelio a tierras lejanas”. Animando a los misioneros “en su vocación, a menudo heroica y llena de desafíos”, Benedicto XVI ha proseguido: “Queridos misioneros: en nombre de toda la Iglesia, os doy las gracias por vuestro testimonio de Cristo resucitado, y por vuestra vida gastada en el servicio a los demás. Vuestra presencia y actividad en tantos países del mundo honra a vuestra patria y manifiesta lo profundo que es el impulso evangélico de la Iglesia en Malta. Pidamos al Señor que suscite más hombres y mujeres que continúen la noble misión de proclamar el evangelio y que trabajen por el crecimiento del Reino de Dios en todas las partes y todos los pueblos”
Durante la Misa celebrada la mañana del domingo 18 de abril en la Plaza Granai de Floriana, el Papa ha recordado que muchos viajeros han desembarcado allí a lo largo de la historia, contribuyendo a la riqueza y variedad de la cultura de Malta, no obstante “No todo lo que el mundo de hoy propone es digno de ser asumido por el pueblo maltés. Muchas voces tratan de convencernos de dejar de lado nuestra fe en Dios y su Iglesia, y elegir por nosotros mismos los valores y las creencias con que vivir. Nos dicen que no tenemos necesidad de Dios o de la Iglesia”. Haciendo referencia al Evangelio del día, la pesca milagrosa, el Papa ha subrayado que “si ponemos nuestra confianza en el Señor y seguimos sus enseñanzas, obtendremos siempre grandes frutos”. Ha exhortado: “Seguid desvelando la riqueza y la profundidad de don recibido de Pablo y tratad de transmitirlo no sólo a vuestros hijos, sino también a todos los que encontréis… Recordad que el intercambio de dones entre estas islas y el resto del mundo es un proceso de doble dirección. Lo que recibís, examinadlo con atención, y lo valioso que tenéis, sabedlo compartir con los demás”.
El último encuentro ha sido con los jóvenes, en el podio instalado en el puerto Grande de La Valeta, a los cuales el Papa ha recordado la experiencia que tuvo de joven San Pablo, enemigo de la Iglesia que hizo todo lo posible por destruirla, hasta que en Damasco se le apareció el Señor, y desde este encuentro “toda su vida cambió. Se convirtió en un discípulo y llegó a ser un gran apóstol y misionero”. Dirigiéndose a cuantos “desean seguir a Cristo, como esposos, padres, sacerdotes, religiosos o fieles laicos que llevan el mensaje del Evangelio al mundo”, Benedicto XVI les ha invitado “¡No tengáis miedo!” incluso ante la oposición al mensaje del Evangelio que encontraran. En su discurso el Papa ha recordado que “el cristiano está llamado a llevar el mensaje del Evangelio a todos.” y “como cristianos, estamos llamados a manifestar el amor de Dios que incluye a todos. Por eso, hemos de socorrer al pobre, al débil, al marginado; tenemos que ocuparnos especialmente por los que pasan por momentos de dificultad, por los que padecen depresión o ansiedad; debemos atender a los discapacitados y hacer todo lo que esté en nuestra mano por promover su dignidad y calidad de vida; tendremos que prestar atención a las necesidades de los inmigrantes y de aquellos que buscan asilo en nuestra tierra; tenemos que tender una mano amiga a los creyentes y a los no creyentes. Esta es la noble vocación de amor y servicio que todos nosotros hemos recibido”. (SL) (Agencia Fides 20/04/2010)


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