AMERICA/ECUADOR - Miles de niños y adolescentes trabajadores sostenidos por los proyectos de Salesianos y Jesuitas

jueves, 25 marzo 2010

Quito (Agencia Fides) - El fenómeno del trabajo infantil en Ecuador afecta a un millón de niños y adolescentes trabajadores, el 18% de la población económicamente activa. En un país donde el 54% de la población está atrapada en las garras de la pobreza, el trabajo infantil para sostener a la familia tiene diferentes connotaciones: el 67% trabaja en el sector agrícola, el 15% al comercio y el 18% restante al sector terciario, la artesanía y el trabajo doméstico. Una respuesta a esta situación proviene de proyectos promovidos por Salesianos y Jesuitas en los países de América Latina, que desde hace mucho tiempo cuidan a miles de niños y adolescentes trabajadores. De estos temas se ha discutido el 24 de marzo, en la Universidad Politécnica Salesiana de Quito, con motivo de la presentación del estudio “en deuda con los derechos de la infancia, diferentes puntos de vista sobre el trabajo infantil, explotación, ciudadanía y derechos de los niños, niñas y adolescentes en Ecuador”, realizado por Cristiano Morsolini, experto del Observatorio sobre América Latina SELVAS, que trabaja desde 2001 en proyectos de cooperación internacional en Ecuador, Perú, Colombia y Brasil.
Entre los ejemplos citados por el estudio, se recuerda la iniciativa del padre jesuita estadounidense John Halligan, que hace 46 años fundó el “Centro del muchacho trabajador”, ofreciendo una oportunidad de dignidad a 25.000 personas en casi medio siglo. Cada año, 1.200 niños que trabajan se forman a través de cursos de formación profesional en mecánica industrial, carpintería, panadería y laboratorios de estética y corte y confección para las niñas, además del acompañamiento cotidiano de unos 800 padres que ayudan en el comedor y en el trabajo de voluntariado dominical para ayudar a construir la casa de varias familias que migran desde los Andes a la ciudad. Los resultados son satisfactorios teniendo en cuenta que el 42% de los niños que ingresan en el Centro no ha terminado la escuela primaria, el 85% termina la educación primaria o secundaria, una vez que entran en los cursos de formación, el 64% ha continuado estudiando después de terminar la formación en el Centro.
En la misma línea de lucha contra la explotación y de promoción de los derechos, pero también de la valoración de la identidad y la subjetividad de los jóvenes trabajadores, emerge el proyecto Salesiano que ha cumplido 30 años de historia, acompañando el crecimiento de unos 8.000 niños y adolescentes cada año. En el contexto de los campesinos de Ambato el proyecto salesiano dirige una grande granja como espacio educativo, educando también a los padres a no maltratar a sus hijos. En la metrópolis industrial de Guayaquil, el proyecto está dirigido especialmente a los niños de la calle, a la prevención y gestión de la toxicodependencia, mientras que en ciudades como Esmeraldas, predomina el problema de los niños afrodescendientes, con un gran compromiso por parte del Obispo Mons. Eugenio Arellano por la integración de las pandillas, bandas juveniles en el tejido social. En las grandes ciudades como Cuenca, es muy grande la experiencia en organización de centros de acogida como una alternativa a la calle, de talleres de formación con ayuda de la Universidad Salesiana, del teatro en la calle y de marchas para sensibilizar a la sociedad sobre el derecho de los muchachos a un trabajo en condiciones dignas, como lo reconoce la nueva Constitución de Bolivia, que en el artículo 61 permite el trabajo de niños y niñas y adolescentes en el ámbito familiar y rural. (SL) (Agencia Fides 25/03/2010)


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