EUROPA/ITALIA - OBJETOS Y ALIMENTOS IMPORTADOS DE PAISES EN LOS QUE ESTA LA EPIDEMIA NO TIENE PELIGRO DE TRANSMITIR EL SRAS.

miércoles, 11 junio 2003

Que son los Coronavirus-Tipo de diagnostico-Terapia específica-Posibilidad de una vacuna-Evitar inútiles alarmas
a cargo del Prof. Antonio Aceti y del Dr. Simone Lanini de la Universidad La Sapienza de Roma

Roma (Agencia Fides) – Una análisis confirma que no existe peligro de contraer la infección por medio del contacto con objetos o alimentos importados de países en los que hay la epidemia con lo que las economías de los países mas afectados pueden respirar.
En un estudio realizado recientemente por una de las más prestigiosas revistas médicas internacionales sobre 138 pacientes sospechosos o seguros del SRAS en un hospital, solo 32, es decir, el 23% han sido transferidos a una terapia intensiva, 19 (13,8%) tuvieron necesidad de asistencia respiratoria y de estos murieron 5 (3,6%) todos ya afectados de una enfermedad crónica.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha señalado hasta el 5 de junio pasado 8.403 casos de SARS con 755 muertes (9,8%), este dato puede ser confrontado con el de la epidemia de gripe del pasado año que produjo tan solo en EEUU 35.000 muertes o con los de la pulmonía en comunidades que tiene una letalidad del 4,9%.
Aunque haya todavía algunas perplejidades, parece que el agente responsable de esta enfermedad es un virus nuevo que actualmente ha sido clasificado como único perteneciente al 4º grupo de la familia de los Corona-virus al que se le ha dado el nombre de SRAS-CoV (Co=corona, V= virus).
Los Corona-virus son todos “RNA-virus no segmentarios de único filamento con polaridad positiva”. Esto quiere decir que tales virus tiene una intrínseca y extraordinaria capacidad de mutar lo que les permite una rápida adaptación al ambiente y por tanto gran resistencia a las defensas de los organismos que infectan.
Por el momento el diagnostico del SRAS es solo de exclusión; de hecho en el estado actual, cada caso, según los parámetros clínicos y epidemiológicos, es clasificado como probable, sospechoso o descartado. Además según las indicaciones del CDC (Center of Disease Control) y de la OMS., recibidas tan bien por el Ministerio de Sanidad, ningún test de confirmación de laboratorio, dirigido a la identificación del agente puede ser considerado como diagnostico y esto es aplicable al menos por dos motivos. En primer lugar los test no están todavía estandarizados y en segundo lugar la demostración de la positividad de un test que identifica el SARS-CoV es la demostración de una infección que no coincide con la enfermedad. Todos los test (búsqueda de anticuerpos específicos, identificación molecular, aislamiento en cultura celular del virus) están consideradas de momento en proceso de valoración.
No hay de momento disponible una terapia específica para esta patología; en los casos más graves es posible un tratamiento de apoyo para permitir a estos pacientes el superar la gravedad del cuadro sintomático. A los pacientes con hipoxia se le deberá administrar una terapia intensiva si la oxigenación de la sangre arterial es menor a 80mmHg y cualquier signo de insuficiencia respiratoria tratado con respiración asistida. El tratamiento de todos los pacientes en terapia intensiva podría incluir la administración de oxigeno con canícula nasal, de esteroides por vía oral con el fin de modular la respuesta inflamatoria , ribavirina (que es un antiviral “genérico”) para buscar el contrastar la difusión del virus dentro del organismo y una terapuia antibiótica de amplio espectro para evitar la posibilidad de infecciones bacterianas. Hay que subrayar, sin embargo, que con la sola excepción de la asistencia respiratoria no existe consenso sobre la administración de las otras terapias y casos asilados demuestran la inutilidad.
Hablemos ahora de la vacuna anti-SRAS. Si por vacuna entendemos una inmuno-profilaxis activa, es decir, un tratamiento que si se administra a personas sanas las hace inmunes a la infección por un periodo más o menos largo de tiempo, es cierto que el camino por recorrer es largo al menos por dos motivos. En primer lugar para producir una vacuna es necesario conocer con certeza absoluta el agente productor y conocer con bastante aproximación la estructura biológica. Actualmente el SRAS-CoV es con gran probabilidad la causa del SRAS pero algunos autores indican también, como factores desencadenantes o asociados, otros virus como el Metapneumovirus, un virus distinto del Corona que parece tener algunas características semejantes al virus respiratorio sincítico que produce graves enfermedades en los neonatos; por otro lado el genoma del virus y su estructura biológica han sido identificadas tan solo hace poco.
En segundo lugar y muy importante es el elemento de la seguridad. De hecho, toda nueva vacuna producida antes que ser eficaz debe ser inicua ya que, como he dicho antes, será administrada a personas sanas.
De todas formas la investigación ya se ha iniciado. Tres agencias gubernativas de USA encargadas de la investigación en el campo sanitario, la NIH (National Institute of Health), DHHS (Departament of Health and Human Service) y la NIAID (National Institute of Allergy and Infectious Disease) han promulgado un bando conjunto el pasado 22 de abril con el fin de implicar en la investigación a todos los privados y ya desde el 10 de abril la empresa Aventis-Pasteur (líder mundial en el campo de la producción de vacunas) a petición directa del gobierno de USA inició su colaboración en la investigación. Como es obvio solo se divulgan algunas filtraciones acerca del avance de la investigación; parece sin embargo, que está por finalizar la experimentación in vitro y que dentro de poco se comenzará la experimentación en animales, hasta el punto que algunas fuentes dan la vacuna como disponible en un tiempo record de tan sólo 3 años.
En conclusión hay que evitar alarmas inútiles sobre todo en países como Italia en los que la epidemia no se ha desarrollado. En cuanto a la preocupación sobre la transmisión interhumana de enfermo a sano, por vía aérea hay al menos dos elementos bien especificados: en primer lugar el SRAS es una enfermedad aguda por lo que no se conocen “portadores” que puedan parecer mas o menos sanos durante un periodo de tiempo prolongado como sucede con el HIV, por tanto, quien está enfermo de SRAS y por tanto, “infectado” es fácilmente reconocible; en segundo lugar el contacto con una persona enferma capaz de transmitir la infección debe ser, como indica la OMS y la CDC, “estrecho”, esto es, un abrazo, un beso o una conversación prolongada al menos a un metro de distancia. Además no existe el riesgo de contraer la infección por medio del contacto con objetos o alimentos importados de países en donde existe la epidemia. Por tanto se consideran como no infectadas todas las personas de cualquier etnia provenientes de países “en riesgo” antes del inicio de la epidemia o sanos al entrar en Italia o incluso enfermos y con cuadro clínico compatible con sospecha de infección siempre que los síntomas de la enfermedad hayan desaparecido 16 días después de la entrada. Es del todo infundado el temor de poder contraer la infección frecuentando locales étnicos, por ejemplo, restaurantes chinos ya que no se ha probado la posibilidad de transmisión de la enfermedad por medio de mercancías o alimentos.
Por último una consideración de pura lógica. El planeta ha estado siempre y estará afectado por epidemias infecciosas más o menos graves y la actual epidemia del SRAS no es ni la más grave ni la más preocupante y los esfuerzos comunes realizados a nivel internacional están ya dando resultados óptimos tanto que la OMS anunció el pasado 9 de junio un descenso en casos nuevos y en muertes incluso en Hong Kong y Taiwán y esto concuerda con algunas características biológicas de los virus que siendo parásitos endocelulares obligados y no teniendo ninguna expectativa de vida fuera de su hábitat tienden por su naturaleza a atenuarse. Para comprender mejor este último concepto basta retornar en los inicios del siglo pasado cuando se introdujo en Australia el virus del muermo capaz de infectar a conejos salvajes buscando reducir el número de estos animales que, llegados del nuevo continente con los colonos, habían crecido enormemente creando serios daños en la agricultura. Efectivamente durante el primer año muchísimos conejos se infectaron y murieron y su número disminuyó de manera considerable. Sin embargo, ya a partir del segundo año el número de conejos volvió a crecer a pesar de que el virus estaba todavía en el ambiente. Esto sucede porque en el curso de la epidemia se habían seleccionado cepas virales cada vez mas atenuadas que se difundían mejor que las cepas más virulentas precisamente por la capacidad de producir una enfermedad menos grave en el animal infectado y viviendo mejor y por más tiempo transmitía mas fácilmente la infección. De acuerdo con esta observación se ve como también en la actual epidemia de SRAS los focos epidémicos que todavía producen muertos son aquellos más cercanos a las áreas en las que la enfermedad surgió (Hong Kong y Taiwán) es decir, donde presumiblemente persisten todavía las cepas virales menos mutadas respecto al virus del que partió la epidemia. (AP) (Agencia Fides 11/6/2003 Líneas: 110 Palabras: 1510)


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