ASIA/TAILANDIA - Sangre y magia negra en la “protesta roja”: los budistas reconsagran los palacios sucios, y rezan por la paz así como los cristianos

miércoles, 17 marzo 2010

Bangkok (Agencia Fides) – “Estamos muy preocupados. Fieles budistas y cristianos rezan por la paz. Esperamos y oramos para que la situación no tenga una evolución violenta. El partido de los ‘rojos’ está dividido entre quienes presionan por forzar la mano y usar la violencia; y cuantos quieren mantener el disenso en el álveo de una protesta clara, hecha con gestos simbólicamente extremos (como usar sangre), pero pacífica”: es el análisis que nace en un coloquio con Agencia Fides del P. Joseph H. Maier, Redentorista, atento observador y profundo conocedor de la sociedad tailandesa.
P. Maier es desde 1973 director del “Human Development Center” en Bangkok, estructura empeñada en la asistencia social y en el desarrollo humano, que incluye un hospital, una casa de acogida para huérfanos, una casa para mujeres, un centro para madres y niños con Sida, acogiendo a miles de personas pobres y marginadas, sobre todo sacándolos de los slums de Bangkok.
Sobre la protesta de los “rojos”, sostenedores del ex Premier Thaksin Shinavatra, que ya tiene 4 días de activa en la capital, P. Maier dice a Fides: “Ha sido muy impresionante para la opinión pública. Los rojos han usado la superstición, la magia negra, el uso de sangre humana como signo de maldición hacia el gobierno. La opinión pública no ha gustado de estos gestos extremos. Derramar sangre, símbolo sagrado de la vida, ha creado desacuerdo en muchos y ha sido un acto duramente condenado. Los religiosos budistas quieren ahora ‘eliminar la maldición’ y dar nuevamente la protección benévola al palacio de gobierno y a la habitación del premier Abhisit Vejajjiva, ambos ensuciados con sangre”.
El misionario continúa: “Hay ex comunistas que quieren retomar espacio político y el ex primer ministro Thaksin haría de todo por reconquistar el poder. Según algunos analistas, su plan sería el de convertirse en primer Presidente de Tailandia, destituyendo incluso la monarquía. Pero el premier en el cargo no dará las dimisiones ni pareciera que el ejército quiera sostener la protesta de los ‘rojos’. El intento de cambiar el orden constituido parece fracasar. Por ello hoy el movimiento busca solo salvar la propia dignidad y honorabilidad, para no caer en una sonora y pública derrota”.
La protesta podría terminar en tiempo breve: “El hecho es que muchos de los militantes rojos provienen del campo y de zonas rurales, tradicionales centros de sostenedores de Thaksin. Desde hace días están acampando como pueden en la ciudad, durmiendo por tierra. Habían recibido 500 bath por persona para los gastos, pero el dinero se acabó, faltan alimentos y servicios sanitarios. Ancianos y niños se enferman y solo quieren regresar. Pero los líderes del movimiento insisten en buscar un pequeño éxito que legitime toda la manifestación. Veremos cómo terminará”, concluye el misionero. (PA) (Agencia Fides 17/3/2010; líneas 34, palabras 481)


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