ASIA/CHINA - El testimonio del Obispo Raimondo Wang Chonglin: incansable en la obra de evangelización, sin dejarse desalentar por las dificultades

miércoles, 17 febrero 2010

Roma (Agencia Fides) – El 2 de febrero pasado, fiesta de la Presentación del Señor, falleció, tras una hemorragia cerebral, Su Exc. Mons. Raimondo Wang Chonglin, Obispo emérito de la diócesis de Chaohsien (Zhaoxian), en la provincia de Hebei (China Continental).
El Obispo tenía 88 años. Nació el 13 de mayo de 1921 en la aldea de Yuejiazhuang, en Ningjin (Hebei). Tras entrar en el seminario menor en 1935 pasó en 1944 al seminario de Jiazhuang (Zhaoxian) para estudiar filosofía y luego al seminario de los Vicentinos de Pekín para la teología. Fue ordenado sacerdote el 30 de noviembre de 1950 por Su Exc. Mons. Giovanni Zhang Bide, Obispo de Zhaoxian. El 26 de diciembre de 1957 fue condenado a 20 años de prisión.
El 9 de marzo de 1983 fue consagrado Obispo de Zhaoxian. En el invierno de 1985 inició la construcción de un nuevo seminario para la formación de los futuros sacerdotes y en 1988 se dedicó a la construcción del convento “Santa Teresa del Niño Jesús”, destinado a la instrucción de las religiosas y al cuidado del orfanato “La Casa del Alba”, obra muy apreciada por la comunidad. Tal orfanato, uno de los primeros institutos de la Iglesia católica tras las aperturas políticas de los años ’80, se rebeló como un gran medio de evangelización: por medio de él mucha gente conoció la Iglesia católica, actualmente continua acogiendo a cientos de niños abandonados, sobre todo minusválidos físicos y mentales.
En 1988, cinco años después de su consagración episcopal, Mons. Wang fue reconocido oficialmente por el Gobierno como Obispo de Zhaoxian, pero tras la consagración de su Coadjutor, Mons. Giuseppe Jiang Mingyuan, le fue prohibido ejercitar públicamente el ministerio episcopal. En el 2005 presentó las dimisiones al gobierno pastoral de la Diócesis, y en el 2006 retomó la dirección tras la enfermedad del Obispo Coadjutor. En el 2008 toda la diócesis festejó el XXV aniversario de su episcopado.
Quien conoció a Mons. Wang lo recuerda como un hombre simple, inteligente y virtuoso, de una fe fuerte en Dios y con una sincera fidelidad a la Iglesia. Mons. Wang fue incansable en la obra de la evangelización, sin dejarse desalentar por las dificultades: cuidó la visita a las comunidades de fieles, la asistencia a los enfermos y a los más débiles, la promoción de las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa femenina, la reconstrucción de iglesias y de lugares de culto, y la administración de sacramentos. Fue verdaderamente el buen pastor para sus ovejas, a las que cuidó con gran pasión, yendo en bicicleta por toda la provincia, para ir a reunirse con las comunidades sin sacerdote. En toda la diócesis se pueden ver las grandes obras realizadas por este Obispo, y las comunidades por él iniciadas y amadas. La historia de la diócesis fue escrita en gran parte del Obispo Wang. “Desde que éramos pequeños – dijo el Rev. Simone Gao Bojin – hemos sido educados por su testimonio de confianza total en Dios; Mons. Wang impulsó a sus fieles a evangelizar, viviendo una vida muy simple y sobria”.
Mons. Wang fue un obispo de gran fe, vivida con un estilo simple y sobrio. Invitaba a los fieles a rezar incesantemente para ser testimonios del amor de Dios, luz del mundo y sal de la tierra. Amó mucho, e hizo amar, al Papa y la doctrina de la Iglesia. Hasta el último momento de su vida se gastó por los otros, trabajando y sufriendo duramente, pero siempre con alegría.
Al momento de su muerte, los fieles y tantos amigos llegaron de todas las aldeas para dar sus condolencias. En la “Casa del Alba” hubo manifestaciones conmovedoras por parte de los niños. Los funerales fueron celebrados en la catedral de Biancum el 8 de febrero, con la participación de muchísima gente: se habló de 20 mil personas; la salma fue llevada al cementerio de la iglesia. Un sacerdote de su diócesis lo saludó con estas palabras: “Obispo Raimondo, si bien nos ha dejado, no olvidaremos nunca su fe desinteresada, su dedicación gratuita, el tipo de vida simple y laboriosa, el noble carácter moral y la capacidad de mirar al futuro lleno de esperanza cristiana. El gran maestro chino Laozi Dao escribió: “Los santos aman con todo el corazón a todas las personas”, y esto fue justamente su espíritu, Obispo Wang, que por toda la vida amó con el corazón de Cristo”.
La diócesis de Zhaoxian cuenta hoy con 60 mil católicos, 60 sacerdotes, 124 religiosas, 170 seminaristas menores y 52 mayores y 145 iglesias y lugares de culto. (Agencia Fides 17/02/2010; líneas 54, palabras 777)


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