VATICANO - Presentados los “Lineamenta” de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos

jueves, 21 enero 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Acogiendo la solicitud formulada por numerosos Obispos de la región que va desde Egipto hasta Irán, el Santo Padre Benedicto XVI ha convocado la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar del 10 al 24 de octubre de 2010 sobre el tema: La Iglesia Católica en Mediano Oriente: comunión y testimonio. “La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma” (Hechos: 4,32). El Secretario General del Sínodo de los Obispos, Su Exc. Mons. Nikola Eterovi y Mons. Fortunato Frezza, subsecretario, han presentado los "Lineamenta" de la Asamblea Sinodal en la Sala de prensa de la Santa Sede Cada parte de los Lineamenta está acompañada por algunas preguntas que ayudarán a los Sínodos de los Obispos de las Iglesias Orientales Católicas, a las Conferencias Episcopales, a los Dicasterios de la Curia romana, y a la Unión de los Superiores Mayores, a discutir sobre los contenidos del Documento. Sus respuestas, que deberían ser enviadas no más tarde de la solemnidad de la Pascua, servirán a redactar el Instrumentum laboris, o documento de trabajo del sínodo, que el Papa entregará a los representantes de las Iglesias Orientales Católicas durante su viaje apostólico a Chipre del 4 al 6 de junio de este año.
El texto de los Lineamenta consta de una introducción, tres capítulos y una conclusión. Al inicio se recuerda el objetivo principalmente pastoral de la Asamblea: “confirmar y reforzar a los cristianos en su identidad a través de la Palabra de Dios y los Sacramentos” y “reavivar la comunión eclesial entre las Iglesias, para que puedan ofrecer un testimonio de vida cristiana auténtica, alegre y atractiva.”
El primer capítulo está dedicado a la Iglesia católica en Oriente Medio. Después de mencionar brevemente la historia de las Iglesias de Oriente, qué remontan a la primera Iglesia cristiana de Jerusalén y han sido caracterizadas por su apostolicidad y su fuerte índole misionera, se presentan algunos desafíos actuales: los conflictos políticos, libertad de religión y de conciencia, la presencia de corrientes extremistas del Islam, la fuerte emigración de los cristianos de sus Países de origen…
El segundo capítulo se centra en la comunión eclesial. Refiriéndose a la naturaleza teológica de la comunión, que tiene su fundamento en el misterio de la Santísima Trinidad, el Documento entra en la cuestión de la comunión dentro de la Iglesia católica, es decir, entre las diversas Iglesias Orientales Católicas. Hay dos principales signos de la comunión católica: la celebración de la Eucaristía y la Comunión con el Obispo de Roma, el Sucesor de San Pedro Apóstol y la cabeza visible de toda la Iglesia. La comunión se expresa también en las relaciones entre los obispos de las diferentes iglesias y entre ellos y los fieles, y se manifiesta en la vida cuotidiana. El documento trata sobre los aspectos específicos de la comunión entre los cristianos como la inscripción en las escuelas e instituciones de educación superior, la oportunidad de recibir asistencia de instituciones de beneficencia, como hospitales, orfanatos, residencias de ancianos, etc. Un aspecto importante y práctico es la asistencia de los fieles a otras iglesias católicas de la región.
El tercer capítulo, el más largo, y dedicado al testimonio cristiano, en la misma Iglesia y fuera de ella. El diálogo con las otras Iglesias y comunidades cristianas existe, pero tiene que crecer. El diálogo con el judaísmo es la particularidad de las Iglesias de Jerusalén, sin embargo, está condicionado por la situación política que opone a palestinos y mundo árabe contra el Estado de Israel. Por lo que concierne a las relaciones con los musulmanes ocupan una parte relevante del Documento. Para mejorar la situación, se subraya la necesidad de promover más el diálogo, también para conocerse mejor, y alentar la presentación objetiva del cristianismo y el Islam.
En la conclusión se proponen los motivos no de política sino de fe por los que es esencial que los cristianos no abandonen Oriente Medio y sigan ofreciendo su contribución específica a la construcción de una sociedad justa, pacífica y próspera. (SL) (Agencia Fides 21/01/2010)


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