ASIA/TAILANDIA - Las “Casas de la Esperanza” de la misión de Nuestra Señora de la Misericordia ofrecen asistencia a niños huérfanos y desfavorecidos y a sus familias

jueves, 7 enero 2010

Nonthaburi (Agencia Fides) – Las actividades del centro S. Martin de la misión de Nuestra Señora de la Misericordia, en Nonthaburi, Tailandia, continúan sin cesar. Nos lo cuentan a la Agencia Fides dos misioneros del PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras) comprometidos en el país. “Con los muchachos de las Casas de la Esperanza el año escolar en curso, ha comenzado a finales de mayo con la participación de 85 niños y niñas”, cuentan a la Agencia Fides el Padre Rafael y el Padre Adriano. “Algunos de los que estaban con nosotros el año pasado han podido regresar a sus familias de origen porque la situación a mejorado y permitido la reunión. Otros nuevos, con graves problemas familiares a sus espaldas han sido aceptados. Alrededor de la mitad están completamente abandonados o huérfanos, y estarán con nosotros hasta la edad adulta; la otra mitad proviene de situaciones familiares desastrosas, pero que siguen siendo un importante punto de referencia para todos ellos y en ocasiones evolucionan de forma positiva permitiendo el retorno estable en la familia”.
“El deseo de todos los niños - explican los dos misioneros -, es el de ver a sus padres, por esto una vez al mes, les animamos a venir a ver a sus hijos, y organizamos festivales para hacerles estar un poco con ellos. Phraeo y phloi son dos hermanas de 5 y 7 años, abandonadas por su madre después que su padre ha sido gravemente herido en un accidente. Son felices aquí, con nosotros, porque tratamos de darles toda la atención posible, pero cada vez que la más pequeña me ve con tristeza me pregunta ‘¿hoy me llevas a buscar a mi padre verdad?’ La alegría que siente cada vez que visita a su padre se refleja en la mirada sonriente del padre que apenas consigue mantenerse en pie, pero se reaviva cuando sus hijas regresan a casa a verlo”.
El Centro San Martín también se ocupa de 700 niños pobres de los suburbios con becas para que vayan a la escuela regularmente. “En los suburbios - continua el padre Adriano - seguimos siempre muchas situaciones de enfermedad, abandono y malestar. Este año, un grupo de novicios capuchinos y el sacerdote que los guía, se han unido a nuestros colaboradores y una vez por semana visitan a los enfermos y organizan momentos para compartir y orar con las mujeres de los suburbios. Desde hace casi un año además, dos misioneras Javerianas, Sor Catalina y Sor Antonella han venido a trabajar con nosotros dedicándose especialmente en llevar a todas estas iniciativas, la luz de Jesús. Junto con Sor Ángela, que está a cargo de la Casa de los Ángeles para niños discapacitados, forman una comunidad que con su presencia da testimonio de Jesús, a tantos que todavía no lo conocen”. (AP) (7/1/2010 Agencia Fides)


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