VATICANO - El Mensaje del Papa para la Jornada mundial de la Paz, del 1 de enero 2010: “El respeto a lo que ha sido creado tiene gran importancia... y salvaguardarla es hoy esencial para la convivencia pacífica de la humanidad”

miércoles, 16 diciembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Tiene como tema “Si quieres promover la paz, protege la creación” el Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la 43ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2010. “El respeto a lo que ha sido creado tiene gran importancia – escribe el Papa – puesto que ‘la creación es el comienzo y el fundamento de todas las obras de Dios’, y su salvaguardia se ha hecho hoy esencial para la convivencia pacífica de la humanidad”. Si es cierto que “hay muchas amenazas a la paz y al auténtico desarrollo humano integral —guerras, conflictos internacionales y regionales, atentados terroristas y violaciones de los derechos humanos—, no son menos preocupantes los peligros causados por el descuido, e incluso por el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios nos ha dado”.
Benedicto XVI recuerda lo que afirmó en la encíclica Caritas in veritate sobre el desarrollo humano integral vinculado a la relación del hombre con el ambiente natural, “considerado como un don de Dios para todos, cuyo uso comporta una responsabilidad común respecto a toda la humanidad, especialmente a los pobres y a las generaciones futuras”. Asimismo el Pontífice cita las intervenciones de sus Predecesores sobre este tema, subrayando su actualidad: “¿Cómo permanecer indiferentes ante los problemas que se derivan de fenómenos como el cambio climático, la desertificación, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos y de las capas acuíferas, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de sucesos naturales extremos, la deforestación de las áreas ecuatoriales y tropicales?”. Entre los problemas más urgentes, el Papa cita el aumento de los “prófugos ambientales”, que por causa de la degradación del ambiente en que viven se ven obligados a dejarlo, así como los conflictos actuales y potenciales relacionados con el acceso a los recursos naturales. “Todas éstas son cuestiones que tienen una repercusión profunda en el ejercicio de los derechos humanos como, por ejemplo, el derecho a la vida, a la alimentación, a la salud y al desarrollo”, evidencia el Papa.
La crisis ecológica está “estrechamente vinculada al concepto mismo de desarrollo y a la visión del hombre y su relación con sus semejantes y la creación”, reafirma el Santo Padre, invitando a “una revisión profunda y con visión de futuro del modelo de desarrollo” y a reflexionar sobre el sentido de la economía y sus fines. “La humanidad necesita una profunda renovación cultural; necesita redescubrir esos valores que constituyen el fundamento sólido sobre el cual construir un futuro mejor para todos”, en cuanto todas las situaciones de crisis que actualmente atraviesa la humanidad, “son también, en el fondo, crisis morales relacionadas entre sí”, que llevan a asumir un nuevo modo di vivir “caracterizado por la sobriedad y la solidaridad, con nuevas reglas y formas de compromiso”.
Después de haber recordado que “la naturaleza es un don del Creador”, y que “el hombre tiene el deber de ejercer un gobierno responsable sobre la creación, protegiéndola y cultivándola”, el Papa subraya: “por desgracia numerosas personas, en muchos países y regiones del planeta, sufren crecientes dificultades a causa de la negligencia o el rechazo por parte de tantos a ejercer un gobierno responsable respecto al medio ambiente”. Frecuentemente la degradación ambiental se debe a la “falta de proyectos políticos de altas miras” o a la “búsqueda de intereses económicos miopes, que se transforman lamentablemente en una seria amenaza para la creación... Para proteger el ambiente, para tutelar los recursos y el clima, es preciso, por un lado, actuar respetando unas normas bien definidas incluso desde el punto de vista jurídico y económico y, por otro, tener en cuenta la solidaridad debida a quienes habitan las regiones más pobres de la tierra y a las futuras generaciones”.
El Mensaje termina subrayando la urgencia de una solidaridad intergeneracional, “una responsabilidad que las generaciones presentes tienen respecto a las futuras”, y de una renovada solidaridad intrageneracional, “especialmente en las relaciones entre países en vías de desarrollo y aquellos altamente industrializados”. (S.L.) (Agencia Fides 16/12/2009; líneas 47 palabras 679)


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