VATICANO - Benedicto XVI al nuevo Embajador de Cuba: “el principal servicio que la Iglesia presta a los cubanos es el anuncio de Jesucristo y su mensaje de amor, perdón y reconciliación en la verdad”

viernes, 11 diciembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El “decidido protagonismo” alcanzado por Cuba en el contexto económico y político del Caribe y de América Latina, “algunos signos de distensión en sus relaciones con el vecino Estados Unidos” y el compromiso por favorecer “la cooperación y solidaridad internacionales, sin que éstas estén supeditadas a más intereses que la ayuda misma a las poblaciones necesitadas” han sido destacadas por el Santo Padre Benedicto XVI con ocasión de la audiencia concedida al nuevo Embajador de Cuba, el 10 de diciembre.
El Santo Padre recordó asimismo que en Cuba se sienten las consecuencias de la grave crisis mundial, además de “los devastadores efectos de los desastres naturales y el embargo económico”, que golpean en particular a las personas y a las familias más pobres. “En esta compleja situación general – prosiguió Benedicto XVI –, se aprecia cada vez más la urgente necesidad de una economía que, edificada sobre sólidas bases éticas, ponga a la persona y sus derechos, su bien material y espiritual, en el centro de sus intereses”. La Iglesia católica en Cuba, como siempre cercana a la población, “quiere contribuir con su modesta y efectiva ayuda”, mientras la mayor cooperación alcanzada con las Autoridades del país ha ya permitido realizar importantes proyectos de asistencia y de reconstrucción, especialmente con ocasión de las catástrofes naturales.
“Espero que se sigan multiplicando los signos concretos de apertura al ejercicio de la libertad religiosa – evidenció el Pontífice –, tal como se ha venido haciendo en los últimos años, como por ejemplo la oportunidad de celebrar la Santa Misa en algunas cárceles, la realización de procesiones religiosas, la reparación y devolución de algunos templos y la construcción de algunas casas religiosas, o la posibilidad de contar con seguridad social para los sacerdotes y religiosos. Así la comunidad católica ejercerá con más soltura su específica tarea pastoral”. El Papa manifestó su deseo de que se apruebe “el marco jurídico que defina convenientemente las relaciones existentes y nunca interrumpidas entre la Santa Sede y Cuba, y que garantice el desarrollo adecuado de la vida y la acción pastoral de la Iglesia en esa Nación”.
Finalmente Benedicto XVI citó la preparación de la Iglesia cubana a la celebración, en el año 2012, del Cuarto Centenario del hallazgo y la presencia de la Virgen de la Caridad del Cobre, Madre y Patrona de Cuba: “Esta querida advocación mariana es un símbolo luminoso de la religiosidad del pueblo cubano y de las raíces cristianas de su cultura”. Recordando que todos los hombres y mujeres, sobre todo los jóvenes, tienen hoy necesidad, como en toda otra época, de redescubrir los valores morales fundamentales, humanos y espirituales, el Santo Padre subrayó que “el principal servicio que la Iglesia presta a los cubanos es el anuncio de Jesucristo y su mensaje de amor, perdón y reconciliación en la verdad. Un pueblo que recorre este camino de concordia es un pueblo con esperanza de un futuro mejor”.
Después de haber mencionado las diversas iniciativas de asistencia social realizadas por la Iglesia en Cuba, como testimonio de la caridad que ha alcanzado a muchos enfermos, ancianos y desvalidos, el Pontífice manifestó su deseo de que este clima favorezca también la participación de la Iglesia “en los medios de comunicación social y en la realización de tareas educativas complementarias, de acuerdo a su específica misión pastoral y espiritual”. (S.L.) (Agencia Fides 11/12/2009; líneas 38 palabras 558)


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