VATICANO - El Papa a los Obispos de las Regiones Sur 3 y 4 del Brasil: “La escuela católica no puede ser pensada ni vivir separada de las demás instituciones educativas. Ella está al servicio de la sociedad”

lunes, 7 diciembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – La universidad y la escuela, los dos ámbitos clásicos en los que la cultura se forma y se comunica, con particular atención a las comunidades “católicas”, han sido los temas en los que se detuvo el Santo Padre Benedicto XVI en su discurso a los Obispos de las Regiones Sur 3 y 4 de Brasil, recibidos en audiencia el 5 de diciembre con ocasión de la visita Ad Limina Apostolorum. “La escuela es ‘católica’, ya que los principios evangélicos llegan a ser en ella normas educativas, motivaciones interiores y al mismo tiempo metas finales”, recordó el Papa citando el documento de la Congregación para la Educación Católica, “La escuela católica” (n. 34), manifestando su deseo de que ella pueda “en una sinergía convencida con las familias y con la comunidad eclesial, promover esa unidad entre fe, cultura y vida que constituye el objetivo fundamental de la educación cristiana”.
Refiriéndose a las escuelas estatales, el Santo Padre recordó que ellas pueden ser ayudadas en su tarea educativa con la presencia de profesores creyentes, de alumnos formados cristianamente, y con la colaboración de las familias y de la misma comunidad cristiana. “Una sana laicidad de la escuela – destacó el Pontífice – no implica la negación de la trascendencia, y tampoco una mera neutralidad ante aquellos requisitos y valores morales que se encuentran a la base de una auténtica formación de la persona, incluyendo la educación religiosa”. Al final Benedicto XVI puso en evidencia que “la escuela católica no puede ser pensada ni vivir separada de las demás instituciones educativas. Ella está al servicio de la sociedad: lleva a cabo una función pública y un servicio de pública utilidad, no reservado sólo a los católicos, sino abierto a todos aquellos que desean valerse de una propuesta educativa cualificada”.
El proceso educativo se realiza “en modo más alto y especializado en las universidades”, y “la Iglesia ha sido siempre solidaria con la universidad y con su vocación a conducir al hombre a los más alto niveles del conocimiento de la verdad y del dominio del mundo en todos sus aspectos”. Expresando su gratitud a las diversas congregaciones religiosas que han fundado y sostenido a renombradas universidades, Benedicto XVI recordó que “estas no son propiedad de quienes las han fundado o de quien las frecuenta, sino expresión de la Iglesia y de su patrimonio de fe”. Al respecto el Pontífice recordó los 25 años de la Instrucción “Libertatis nuntius” de la Congregación para la Doctrina de la Fe, sobre algunos aspectos de la teología de la liberación, con estas palabras: “en ella se destacaba el peligro que comportaba la aceptación acrítica por parte de algunos teólogos de tesis y metodologías provenientes del marxismo. Sus consecuencias más o menos visibles de rebelión, disenso, ofensa, anarquía, todavía se sienten, creando en vuestras comunidades diocesanas grande sufrimiento y una grave pérdida de fuerzas vivas. Pido a todos aquellos que se han sentido atraídos, involucrados y tocados en su interior por algunos principios engañadores de la teología de la liberación, que se confronten nuevamente con la Instrucción mencionada, acogiendo la luz benigna que ella ofrece a manos llenas”.
El Papa terminó su discurso invitando a tomar como modelo a la Virgen María, tan amada y venerada en todo el Brasil: “En Ella encontramos, pura y no deformada, la verdadera esencia de la Iglesia y así, a través de Ella, aprendemos a conocer y amar el misterio de la Iglesia que vive en la historia, nos sentimos profundamente parte de ella, llegamos a ser también ‘almas eclesiales’, aprendiendo a resistir aquella ‘secularización interna’ que amenaza a la Iglesia y sus enseñanzas”. (S.L.) (Agencia Fides 7/12/2009)


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