VATICANO - En el Ángelus de la primera semana de Adviento Benedicto XVI afirma que “Jesucristo no tiene que ver sólo con los cristianos, o con los creyentes, sino con todos los hombres” y recuerda que “la Iglesia no deja de combatir el Sida, a través de sus instituciones y del personal dedicado a ello”

lunes, 30 noviembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “El mundo contemporáneo necesita sobre todo de la esperanza: la necesitan los pueblos en vías de desarrollo, pero también aquellos económicamente más desarrollados. Cada vez más tomamos consciencia de que nos encontramos sobre una única nave y tenemos que salvarnos todos juntos. Principalmente tomamos consciencia, al ver cómo se desmoronan tantas falsas seguridades, de que necesitamos una esperanza confiable, y ella se encuentra sólo en Cristo… Podemos por ello afirmar que Jesucristo no tiene que ver sólo con los cristianos, o con los creyentes, sino con todos los hombres, porque Él, que es el centro de la fe, es también el fundamento de la esperanza. Y todo ser humano necesita siempre de la esperanza”. Son las palabras con las que el Santo Padre Benedicto XVI introdujo la oración mariana del Ángelus, el domingo 29 de noviembre, primero del Adviento, al dirigirse a los peregrinos reunidos en Plaza San Pedro.
Hablando del Nuevo Año litúrgico, que se abre precisamente con el Adviento, tiempo de preparación para la Navidad del Señor, el Santo Padre destacó que el Concilio insiste en el hecho de que “el centro de la liturgia es Cristo, como el sol en torno al cual, a la manera de los planetas, giran la Beata Virgen María – la más cercana – y luego los mártires y los santos”. Seguidamente invitó a mirar a la Virgen María, que “encarna plenamente la humanidad que vive en la esperanza basada en la fe en el Dios vivo”, a la Virgen del Adviento: “Entremos en su escuela, para introducirnos verdaderamente en este tiempo de gracia y acoger, con alegría y responsabilidad, la venida de Dios en nuestra historia personal y social”.
Luego del Ángelus, el Santo padre recordó la Jornada Mundial contra el Sida con estas palabras: “El 1º de diciembre próximo se celebra la Jornada Mundial contra el Sida. Mi pensamiento y mi oración están con todas las personas afectadas por esta enfermedad, en especial con los niños, los más pobres, y con todos los marginados. la Iglesia no deja de combatir el Sida, a través de sus instituciones y del personal dedicado a ello. Exhorto a todos a contribuir con la oración y con la asistencia concreta, para que todos los afectados por el virus VIH experimenten la presencia del Señor que brinda consuelo y esperanza. Finalmente, quiero expresar mi deseo de que, multiplicando y coordinando los esfuerzos, se logre detener y eliminar esta enfermedad”. (S.L.) (Agencia Fides 30/11/2009; líneas 31, palabras 461)


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