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Juba (Agencia Fides) - Después de 25 años de guerra civil, el Sur de Sudán está viviendo un momento de paz. Después de la firma de la paz, en enero de 2005, el Obispo de Torit, Mons. Paris Taban, dirigió una invitación a todas las congregaciones religiosas para que se establecieran en el país para ayudar en la reconstrucción moral y espiritual de la población, que al regresar a su patria, encuentran ruinas y desolación. Las Hijas de San Pablo han aceptado esta invitación y el 25 de enero pasado dos religiosas paulinas fueron a Juba dispuestas a colaborar con la Iglesia local en la evangelización y en la promoción humana a través de los medios de la comunicación social.
En Juba hay viviendas destrozadas, carreteras excavadas, pocas construcciones y mucha gente que, al volver, debe conformarse con vivir en las chozas, incluso en la ciudad. En todas partes se ven trabajos de construcción en curso. El Arzobispo de Juba, Mons. Paulino Lukubu ha ofrecido a las Hijas de San Pablo una sala en la Catedral, que servía también de librería. Es una sala bastante amplia, pero necesita algunos arreglos, una ampliación y un almacén. Sobre todo faltan libros y audiovisuales. De momento hay necesidad absoluta de libros para los seminaristas, los catequistas, los estudiantes y la gente común. Pero no es sólo en Juba se esperar la presencia de las Hijas de San Pablo. Hay otras 7 diócesis en el Sur Sudán que las esperan. Las dos misioneras están estudiando el árabe y trabajan para arreglar la librería y la casa, para poder iniciar su apostolado con la visita a las parroquias y a las escuelas, para llevar a todos la Palabra de Dios. (S.L) (Agencia Fides 6/2/2008; Líneas: 19 Palabras: 296)
