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Bukavu (Agencia Fides) - Crece la preocupación en Nord-Kivu, al este de la República Democrática del Congo, ante la posibilidad de que la situación siga empeorando. Nuevos enfrentamientos entre los militares del ejército congoleño y los rebeldes de Laurent Nkunda amenazan con romper la frágil tregua en vigor desde hace dos semanas (ver Fides 18 de setiembre 2007).
El ejército congoleño afirma que tres de sus posiciones en la región han sido atacadas por los hombres del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), el movimiento guiado por Nkunda, mientras que éste por su parte acusa de los ataques a los militares. Los “cascos azules” de la Misión de las Naciones Unidas en Congo (MONUC) sostienen la versión del gobierno.
Los combates de los meses pasados han obligado a más de 300 mil personas a huir de sus hogares. Las organizaciones humanitarias de las Naciones Unidas han denunciado además el reclutamiento forzado de jóvenes y niños en las filas de los distintos grupos de combatientes.
La situación en el este de la República Democrática del Congo es tan grave que el Subsecretario General para los Asuntos Humanitarios de la ONU, John Holmes, afirmó que la crisis congoleña necesita la misma atención de parte de la comunidad internacional que la del Darfur. Holmes advirtió que “nuevos enfrentamientos pueden provocar consecuencias catastróficas en el plano humanitario” y que “es necesario una acción política y diplomática decidida, urgente y coordinada”.
Como afirman fuentes locales, detrás de la situación de inseguridad del Congo se esconde el interés de algunos sujetos extranjeros por las riquezas del país. Además del oro, los diamantes, el coltan, el uranio y la leña, en el Congo se ha iniciado la explotación del petróleo. Precisamente en relación a la explotación de nuevos yacimientos de crudo se produjo un grave episodio en el Lago Alberto en la frontera entre la República Democrática del Congo y Uganda. El incidente se suscitó cuando una patrulla de la MONUC secuestró una barca perteneciente a una compañía petrolífera que había obtenido una concesión para explorar de parte de Uganda. Los militares ugandeses enviaron otra lancha en auxilio de la primera pero fueron interceptados por militares congoleños, suscitándose un enfrentamiento donde murieron dos militares por parte.
El incidente se produjo 30 kilómetros al norte de la isla de Rukwanzi, disputada por los dos países. Se trata de un área donde el 3 de agosto un empleado británico de la misma compañía murió en un episodio análogo. La MONUC afirma haber intervenido cuando la barca de exploración estaba por entrar en aguas congoleñas. El equipaje fue dejado en libertad.
El gobierno congoleño acusa a la compañía de realizar trabajos ilegales en su territorio. Hace dos semanas los presidentes de Uganda y de la RDC se reunieron en Tanzania para reducir la tensión en la frontera de ambos países y con el fin de compartir los recursos petroleros del área. Los dos jefes de Estado decidieron además desmilitarizar Rukwanzi y confiar a un comité de expertos la delimitación de la frontera, sobre la base de un acuerdo que se remonta a 1915 entre la administración colonial británica y la belga. (L.M.) (Agencia Fides 25/9/2007 líneas 40 palabras 538)
