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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Es una Iglesia lozana, rica de vocaciones religiosas y laicas, floreciente en la pastoral de las familias, con un profundo espíritu misionero: La Iglesia india de rito siro-malabar, nacida con la predicación de Santo Tomás Apóstol en el año 52 d.C. testimonia el renacimiento y el empuje misionero del cristianismo en Asia, según se indica en el coloquio de la Agencia Fides con el Card. Varkey Vithayathil, Arzobispo Mayor de Ernakulam-Angamaly, en el Vaticano con motivo de la visita ad limina de los Obispos siro-malabar.
Esta “Iglesia autónoma” en plena comunión con Roma tiene su centro en el estado indio de Kerala pero cuenta con 3,9 millones de fieles en el mundo. Su gran vitalidad se manifiesta sobre todo en el campo vocacional: unos seis mil sacerdotes (211 nuevos ordenados en el 2002) 30.000 religiosas y miles de sacerdotes y religiosos que, originarios de la Iglesia siro-malabar, han abrazado diócesis o congregaciones de rito latino, lo que hace que cerca del 70% de los sacerdotes (diocesanos y religiosos) y de las religiosas presentes en India (que cuenta con 17 millones de católicos sobre un millar de habitantes) provengan de la Iglesia siro-malabar.
El Card. Varkey Vithayathil – que en la visita ad limina se ha reunido también con el Cardenal Crescencio Sepe, Prefecto del Dicasterio de “Propaganda Fide” – explica a la Agencia Fides las razones principales de este gran florecimiento vocacional: “La Iglesia siro-malabar es un Iglesia muy antigua, con una larga tradición católica desde su nacimiento. El Santo Padre ha recordado que nuestra Iglesia nunca ha estado separada de la Sede de Pedro. La fe se ha convertido a lo largo de los siglos en un determinante de la identidad de nuestra gente”. “En segundo lugar hoy, a pesar del secularismo y la globalización, la fe es vivida de modo profundo en la vida familiar. Las familias rezan mucho en casa; es costumbre que antes de cenar, los padres y los hijos reciten juntos el Rosario; muchos frecuentan la Misa a diario. En las familias auténticamente cristianas surgen numerosas vocaciones masculinas y femeninas”. El Cardenal subraya después el “gran trabajo que las parroquias realizan en la catequesis, formando con pasión y entusiasmo a los adolescentes, gracias a un grupo de voluntarios laicos. Nos basamos en una catequesis fuerte, sistemática y organizada”.
La Iglesia siro-malabar tiene también un auténtico espíritu misionero: “Queremos ser misioneros como ha subrayado el Concilio Vaticano II, reconociendo en todas las Iglesias, desde Este al Oeste, la dignidad y el derecho de evangelizar. Actualmente enviamos a miles de sacerdotes y religiosos a la India pero también a África y América Latina. Muchos sacerdotes y religiosas siro-malabares se une a congregaciones o diócesis latinas: nuestra Iglesia dona con alegría”.
En la delicada situación de la India donde los misioneros son acusados de hacer proselitismo bajo máscara de servicio social, el Card. Vithayathil señala: “En India nuestros misioneros son bien vistos. Los fundamentalistas insisten en el hecho de que los misioneros tiene rostros y nombre europeos, estilos y costumbres latinas y son casi todos extranjeros, venidos con el colonialismo. Nosotros por el contrario, somos una Iglesia del todo indiana. Compartimos con los hindúes la cultura india. Hacer misión para nosotros es más fácil”. El Cardenal habla con preocupación de los documentos anti-conversión adoptados en algunos estados indios: “Estos violan la libertad de conciencia y de religión que tiene todo hombre. Para ser bautizado o convertirse hace falta pedir permisos al magistrado: hay confusión entre el plano civil y religioso”.
Todos reconocen la gran contribución de la Iglesia siro-malabar en el crecimiento humano y espiritual de la población india: el valioso trabajo de alfabetización hace que se registre en el Estado de Kerala el más elevado grado de instrucción entre los Estados de la Federación india: “Políticos, intelectuales y defensores de los derechos humanos que han servido a la nación India han sido educados en escuelas católicas”.
“El secreto de la vitalidad de la Iglesia siro-malabar- concluye –está en tres pilares en los que fundamos nuestra acción pastoral: devoción a la Eucaristía, el amor a la Virgen y la plena obediencia al Papa”.
(PA) (Agencia Fides 15/5/2003 Líneas: 55 palabras: 706)
