Yakarta (Agencia Fides) – Actuar «con firmeza contra cualquiera que adopte comportamientos intolerantes, sobre todo si van acompañados de actos de violencia que constituyen delitos penales. Nadie debe quedar impune si comete actos anárquicos, especialmente si afectan a actividades de oración y culto en cualquier parte del territorio indonesio». Este es el llamamiento que la Conferencia Episcopal de Indonesia ha dirigido al Gobierno central de Yakarta, tras los diversos ataques perpetrados en los últimos meses contra lugares de culto e instituciones vinculadas a comunidades eclesiales.
El documento, presentado en una rueda de prensa en la sede de la Conferencia Episcopal Católica de Indonesia, también ha sido firmado por otras entidades, como el Consejo Supremo de la Religión Confuciana (MATAKIN), así como por organizaciones budistas y protestantes.
En el texto se recuerda que «la libertad de religión y de culto es un derecho constitucional de los ciudadanos, garantizado por los artículos 28 y 29, apartado 2, de la Constitución de 1945» y, precisamente por ello, «el Estado, a través de las fuerzas del orden y las autoridades locales, tiene el deber de intervenir con firmeza para garantizar que episodios similares no se repitan en el futuro».
La referencia no se limita a los casos de oposición a la construcción de iglesias, sino que incluye la reciente redada en una escuela cristiana protestante y la destrucción de varios lugares de culto cristianos. «Las fuerzas del orden y los órganos judiciales -se lee aún en el documento- deben prevenir e investigar a fondo todo acto criminal, violento, de rechazo, obstáculo o destrucción de lugares utilizados para la oración y el culto por parte de los ciudadanos indonesios».
Para los representantes de las religiones firmantes, «el Gobierno, tanto central como local, junto con el Foro para la Armonía Religiosa (FKUB) y todos los componentes de la sociedad, deben comprometerse a preservar la tolerancia y garantizar que los lugares de oración y culto sean espacios de paz, seguridad y dignidad». Asimismo, señalan que «los líderes religiosos deben invitar a sus fieles a no dejarse provocar por instigaciones divisivas y a vivir su fe de manera pacífica, armoniosa y tolerante».
«Para nosotros, la ocurrencia de varios episodios de agresión, prohibición/rechazo y perturbación de las actividades de oración y culto representa un grave daño a la construcción de la tolerancia y la convivencia pacífica. Cualquier forma de intimidación, violencia o restricción unilateral de las actividades religiosas constituye una violación de la ley y una destrucción de los valores fundamentales de la convivencia como ciudadanos de una misma nación», concluye el documento.
(F.B.) (Agencia Fides 7/8/2025)