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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Decir basta a las «soluciones falsas» y pedir a los países ricos que salden «con acciones urgentes» la deuda ecológica con las naciones más pobres. Este es el sentido del documento “Un llamado por la justicia climática y la casa común: conversión ecológica, transformación y resistencia a las falsas soluciones”, fruto de la colaboración entre los organismos episcopales continentales de América Latina y el Caribe (CELAM), Asia (FABC) y África (SECAM), coordinados por la Pontificia Comisión para América Latina.
El documento, dividido en tres capítulos y 12 párrafos, retoma diversos aspectos de la crisis climática ya analizados en la encíclica Laudato si’ (publicada hace diez años por el Papa Francisco) y analiza sus implicaciones sociales y morales a nivel global, llamando a los Estados a intervenir no con «soluciones falsas», como hasta ahora, sino con acciones concretas.
Deuda ecológica y economía Green.
Desde sus primeras líneas, el texto denuncia la «contradicción» de financiar una supuesta «transición energética» con beneficios derivados de la extracción de petróleo, sin un compromiso real para superar los combustibles fósiles.
Por ello, critica el llamado ‘greenwashing’ de muchas políticas medioambientales: aunque la economía verde se presenta como un modelo sostenible, corre el riesgo de convertirse en una «modernización del capitalismo», concentrando el poder y la riqueza en manos de unos pocos, excluyendo a los más pobres y agravando desigualdades existentes.
El sistema actual, señala el texto, tiende no a proteger el planeta, sino a «mercantilizar la naturaleza», transformándola en un «activo negociable solo por algunos», sin cuestionar las acciones y procesos que han causado la crisis climática.
Ante esto, los obispos piden «construir un sistema económico realmente sostenible, solidario e inclusivo» que tenga en cuenta la deuda ecológica. El Papa Francisco, citado en el documento, recordaba que la deuda ecológica y la deuda externa son «dos caras de la misma moneda».
En la bula de convocatoria del Jubileo 2025 Spes non confundit y en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2025, el Papa definió la deuda externa como «instrumento de control» de los gobiernos y de las instituciones financieras sobre los países pobres.
El documento retoma estas palabras y la invitación del Papa a los países ricos para que «reconozcan y paguen su deuda ecológica, derivada de décadas de emisiones y explotación de los recursos naturales en detrimento de los países pobres». Según los datos, la deuda climática del Norte global podría alcanzar los 192 billones de dólares en los próximos 25 años. Por ello, el texto subraya la necesidad de «una justicia no solo financiera, sino también moral», con transparencia y compromisos concretos para apoyar a las comunidades más vulnerables, evitando agravar su endeudamiento.
Responsabilidad e igualdad.
Entre las acciones propuestas, el documento apela a la responsabilidad: los países que históricamente han contribuido más a las emisiones contaminantes deben asumir la mayor parte de la carga en términos de mitigación y adaptación, sin seguir sobrecargando a los países más pobres.
Para lograrlo, el texto propone crear una «nueva coalición» que reúna a la Iglesia, gobiernos, pueblos indígenas, académicos, organizaciones humanitarias del Sur y «aliados coherentes del Norte», con el fin de estudiar y promover «acciones ambiciosas que aborden las deudas sociales y ecológicas», garantizando «un futuro justo y sostenible para las nuevas generaciones».
En estos días se ha fundado el Observatorio Eclesiástico sobre Justicia Climática, promovido por la Conferencia Eclesial de la Amazonía. Este Observatorio supervisará la aplicación de los acuerdos alcanzados en las últimas Conferencias sobre el Clima (COP), registrando posibles incumplimientos y vigilando el respeto de los compromisos adquiridos.
(F.B.) (Agencia Fides 1/7/2025)