Jartum (Agencia Fides) – La región de Kordofán se ha convertido en el principal escenario de la guerra que, desde diciembre de 2023, ve enfrentarse al ejército sudanés (Fuerzas Armadas de Sudán, SAF) con las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Kordofán está dividida en tres estados federales -Kordofán del Norte, del Sur y Occidental- y su importancia estratégica radica en su ubicación central: separa Darfur, bastión occidental de las RSF, de las regiones orientales donde el ejército ha logrado expulsar a los paramilitares, especialmente de la zona de Jartum.
Ante esta coyuntura, las SAF han desplegado importantes efectivos en la región, con líneas de suministro fácilmente accesibles desde la retaguardia. Actualmente, avanzan por la carretera de Saderat en un intento de conquistar Bara, la ciudad más grande bajo control de las RSF en Kordofán del Norte. En respuesta, las RSF han lanzado ataques contra posiciones gubernamentales en Babanusa, en Kordofán Occidental.
Perder el control de Kordofán significaría para las RSF abrir la puerta a una ofensiva enemiga directa en Darfur. Por ello, los paramilitares dirigidos por Mohamed Hamdan “Hemedti” Dagalo han decretado la movilización general para frenar el avance del ejército.
Ambas partes han intensificado los ataques con drones. El ejército ha bombardeado posiciones de las RSF en Bara y Gabrat al-Sheikh -al norte y noroeste de El Obeid, capital de Kordofán del Norte- así como en Nyala, capital de Darfur del Sur y centro logístico clave de las RSF. A su vez, los paramilitares han atacado con drones las posiciones militares en El Obeid, ciudad controlada por las SAF pero prácticamente rodeada por las RSF.
El conflicto adquiere cada vez más una dimensión internacional. Las SAF han acusado a las RSF -con el apoyo del Ejército Nacional Libio de Khalifa Haftar- de haber atacado puestos fronterizos en el triángulo que une Libia, Egipto y Sudán. En un comunicado, el Ministerio sudanés de Asuntos Exteriores denunció el respaldo de los Emiratos Árabes Unidos a estas acciones, calificándolas de “escalada peligrosa” y “clara violación del derecho internacional”.
“La frontera entre Sudán y Libia se ha convertido en un corredor para el tráfico de armas y mercenarios al servicio de milicias terroristas, financiadas por los Emiratos Árabes Unidos y coordinadas por las fuerzas de Haftar y otros grupos extremistas”, afirmó el Ministerio. Las acusaciones han sido rechazadas por el general libio, aunque se reconoce que Haftar cuenta con apoyo tanto de los Emiratos como de Egipto, país que, paradójicamente, figura entre los principales aliados del ejército sudanés.
(L.M.) (Agencia Fides 11/6/2025)