ÁFRICA/NÍGER - “Estamos bajo embargo”, atrapados por nuestras limitaciones y nuestra pobreza, atrapados por nuestra seguridad y libertad

jueves, 19 octubre 2023

RC

Dosso (Agencia Fides) – “Estamos bajo embargo, a mi parecer constantemente; atrapados por nuestras limitaciones y nuestra pobreza, atrapados por nuestra seguridad y libertad...” escribe el padre Rafael Casamayor, misionero en la pequeña comunidad de Dosso, al final de la asamblea diocesana que ha reunido en Niamey a 130 sacerdotes, religiosas y delegados de todas las parroquias de la Sociedad para las Misiones Africanas de Níger, junto al arzobispo de la diócesis, Laurent Lompo.
“Ha sido una alegría vernos de nuevo, especialmente porque no podemos movernos por razones de seguridad. Estos son tiempos difíciles”, relata el misionero. “Níger suele aparecer todos los años como el país más pobre del mundo, pero después del golpe de estado del 26 de julio (véase Agencia Fides 21/7/2023), la pobreza del pasado ha aumentado notablemente: el trayecto desde Dosso hasta Niamey, 150 km que recorrimos el pasado abril en una carretera llena de autobuses y camiones, la semana pasada lo hicimos prácticamente solos: no hay transporte, no hay comercio. El ecónomo de la diócesis me ha hablado sobre el número de empresas que han cerrado, la falta de productos básicos en las tiendas, los salarios de los empleados públicos sin pagar...”.
El primer ministro Ali Lamine Zeine en su mensaje enviado a la Asamblea ha instado a ‘apretarse el cinturón’. "Ya lo sabíamos. Estamos experimentando la brusca interrupción de los proyectos financiados por organizaciones internacionales y nuestros países vecinos han cerrado las fronteras, impidiéndonos recibir productos básicos. Los precios se han duplicado: arroz, maíz, mijo, son inalcanzables. Para nosotros, esto es algo común; es lo que aprendemos a enfrentar desde que nacemos”, comenta el padre Rafael.
Después de la inauguración de la asamblea en Niamey, el grupo ha visto un video sobre la experiencia del hermano Pier Luigi Maccalli, quien fue secuestrado durante más de dos años en medio del desierto, encadenado y objeto de burlas por parte de sus captores. Intentaron obligarlo a convertirse al Islam. “Hemos podido constatar que su profundo sentido de soledad y abandono, incluso por parte de Dios, lo ayudó a descubrir los espacios infinitos de su corazón y su espíritu. También lo ayudó a eliminar todos los sentimientos de amargura y resentimiento, y a tomar conciencia de que esos dos años de prisión han sido el período más fructífero de su vida misionera”, relata el padre Rafael.
Una vez de vuelta en la comunidad de Dosso, el padre Casamayor ha compartido con los fieles los desarrollos y las decisiones de la Asamblea diocesana. “Estos son encuentros vitales porque crean un ambiente, comunican fraternidad, deseo de trabajar, de vivir, y nos ayudan a tomar conciencia de la realidad de nuestro país, Níger, y de nuestra Iglesia, pequeña, minoritaria, pero delicada. Dos aspectos han marcado, en mi opinión, estos días de fraternidad: la situación de aislamiento y pobreza que vive el país, especialmente después del golpe de estado y la inseguridad, incluso después de compartir el testimonio del secuestro de nuestro hermano Pier Luigi y analizar ampliamente las consecuencias en nuestra Iglesia y comunidad”.
“En Dosso, después de pensarlo muchas veces, hemos decidido trabajar para el desarrollo de nuestras comunidades de base, estructurar y fortalecer el grupo de jóvenes y fomentar el espíritu misionero en la parroquia”.
Níger es un país muy amplio en cuanto a área, culturas y etnias: tuaregs, songhay, hausa, gurmantchés... en formas y estilos de vida... El río Níger ha sido el canal por el cual a lo largo de los siglos han pasado pueblos, culturas, creencias y experiencias de una riqueza y diversidad extraordinarias. “Nos sentimos muy pequeños frente a toda esta magnificencia”, concluye el sacerdote.
(AP/RC) (Agencia Fides 19/10/2023)


Compartir: