Cotonou (Agencia Fides) – “Los robos, los atracos y el vandalismo están a la orden del día. Pedimos que se tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad de nuestros conciudadanos”, han declarado los obispos de Benín al término de su Asamblea Plenaria, celebrada en Dassa-Zoumé del 16 al 19 de octubre.
“Además de los delitos comunes - señalan los obispos - también hay situaciones alarmantes de inseguridad que a veces provocan la pérdida de vidas humanas”. Clara referencia a las infiltraciones yihadistas procedentes de los países vecinos que también empiezan a sembrar la muerte y la inestabilidad en Benín. Especialmente en el departamento de Atakora, los yihadistas de Burkina Faso han multiplicado sus ataques en los últimos meses. La preocupación es grande porque el norte del país está debilitado por las tensiones comunitarias, el cambio climático y la gestión disputada de los espacios naturales. Un caldo de cultivo ideal para los grupos armados.
En los últimos años, los principales grupos yihadistas sahelianos, como el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM), vinculado a Al Qaeda, y el Wilayat al Sahel, vinculado al Estado Islámico, han intentado penetrar en las zonas fronterizas de los Estados costeros de África Occidental.
El aumento de los atentados en las regiones del norte de Costa de Marfil, Togo y, sobre todo, Benín es una clara prueba de ello y puede formar parte de una amplia estrategia de reposicionamiento regional.
Los obispos piden a las poblaciones la cooperación con las fuerzas del orden “para que la paz y la tranquilidad, garantías de todo desarrollo, reinen en nuestro país”.
La Conferencia Episcopal también “expresa su profunda compasión a las personas afectadas por las recientes inundaciones que han causado graves daños en varias localidades del país”. Las violentas lluvias de principios de octubre afectaron al menos a 40 municipios, de los cuales 16 registraron daños muy graves.
Los cambios climáticos que afectan sobre todo al norte de Benín, que degradan aún más las condiciones de vida de esta zona, la más pobre del país, pueden favorecer indirectamente la adhesión a los grupos yihadistas y las tensiones entre las comunidades locales por el acceso al agua, las tierras fértiles y los pastos.
(L.M.) (Agencia Fides 28/10/2022)