ASIA/SINGAPUR - El arzobispo Goh: “Santificar el trabajo con la oración”

martes, 18 febrero 2014

Singapur (Agencia Fides) – “La oración es lo que hace de cada cristiano un apóstol y evangelizador: partiendo de esta convicción, el Arzobispo de Singapur, Mons. William Goh, ha enviado un mensaje a todos los trabajadores, empleados, agentes pastorales y voluntarios en organizaciones católicas, parroquias, escuelas, movimientos y asociaciones. En el mensaje, enviado a la Agencia Fides, Mons. Goh afirma: “Inspirado por las exhortaciones del Papa Francisco, quiero animar a todas las organizaciones de la Archidiócesis a rezar todos los días en la oficina, por la mañana, al mediodía y por la noche, con la liturgia de las horas, y llevar a cabo una 'lectura orante' de las Escrituras juntos, al menos una vez a la semana”. De hecho, dice el Arzobispo, “sin la oración, nuestro trabajo se vuelve estéril y monótono, carente de vitalidad y alegría. A través de la oración, el trabajo se convierte en una vocación, nuestra oficina en un lugar de alegría, de amor fraterno, un lugar donde proclamamos la alegría del Evangelio a los demás y al mundo”. “Los primeros destinatarios de la Buena Nueva - recuerda el texto - son los que trabajan en la viña del Señor: por lo que la noticia se convierte en la vida que nos une a todos los que participamos en los diversos campos del apostolado”. La urgencia de la “nueva evangelización” implica, en primer lugar, “la conversión personal de todos los católicos”, remarca. “Nadie debe pensar - continúa - que esta invitación no es para él, ya que nadie está excluido de la alegría que trae el Señor”.
El arzobispo invita a formar comunidades cristianas de oración, también en el lugar de trabajo. “Nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas escuelas de oración, donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente en imploraciones de ayuda, sino también en acción de gracias, alabanza, adoración, contemplación, escucha, hasta que realmente el corazón se enamore”. Una oración intensa y constante, de hecho, abriendo el corazón al amor de Dios, “lo abre también al amor de nuestros hermanos y hermanas, y nos hace capaces de construir la historia según el designio de Dios”, concluye (PA) (Agencia Fides 18/2/2014)


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