ASIA/COREA - Un movimiento nacional por la vida para “lanzar un grito profético”

jueves, 28 agosto 2025 vida humana   aborto   eutanasia  

CBCK

Seúl (Agencia Fides) – Relanzar el «movimiento por la vida» a gran escala, en todas las diócesis del país: este es el deseo expresado por Mons. Moon Chang-woo, obispo de Jeju y presidente del Comité para la Familia y la Vida de la Conferencia Episcopal de Corea, con el fin de «despertar el sentido de la misión y la vocación de proteger la vida, desde su inicio hasta su fin natural», y de «lanzar un grito profético», mientras la cuestión del respeto inalienable de la vida humana vuelve al debate público y se convierte en objeto de medidas políticas.

El «movimiento por la vida», concebido a nivel nacional, busca coordinar y poner en red las diversas iniciativas existentes en los territorios, entre ellas: el «Proyecto por la vida naciente», destinado a ayudar a madres en dificultades a no abortar, ofreciendo acceso a estructuras sanitarias y asistenciales católicas; y el movimiento «Life 31», que promueve la «cultura de la vida» a través de actividades culturales diversas, defendiendo el respeto por la vida desde la concepción hasta la muerte.

El obispo Moon Chang-woo visitó el 26 de agosto la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, en el Parlamento, acompañado de representantes de distintas organizaciones católicas, como la Comisión de Bioética de la Conferencia Episcopal, la Comisión para la Vida de la Arquidiócesis de Seúl, el Instituto Católico de Investigación Bioética y la Escuela Seongeui de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Corea.

El tema central de la reunión fue la enmienda a la «Ley de salud materno-infantil», propuesta conjuntamente por 11 miembros del Partido Democrático de Corea. La enmienda, cuya promulgación legislativa se ha anunciado recientemente, pretende cubrir el vacío legal generado tras la sentencia del Tribunal Constitucional de 2019, que declaró el aborto «inconstitucional».

De aprobarse, la enmienda permitirá la interrupción del embarazo incluso cuando el feto pueda sobrevivir fuera del útero, permitirá el aborto farmacológico y eliminará los supuestos previos que autorizaban la interrupción voluntaria del embarazo (como el riesgo grave para la salud de la mujer). Según los obispos coreanos (véase Fides 6/8/2025), esto priva al feto de su derecho a la vida y abre la puerta a un «aborto ilimitado», independientemente de la edad gestacional o de casos excepcionales.

En este contexto, los representantes de la Iglesia han subrayado la necesidad de informar y sensibilizar a la población, empezando por los católicos. El padre Leo Oh Seok-jun, secretario general del Comité para la Vida de la Arquidiócesis de Seúl, ha recordado: «En el pasado ha habido muchos debates sobre este tema: estamos en contra del aborto independientemente de la edad gestacional del feto. Pero, si se presenta una propuesta de ley sobre el aborto, es importante proporcionar información detallada a la opinión pública, para que los creyentes y todas las personas de buena voluntad comprendan el valor central de la dignidad de la vida humana».

A la cuestión de la vida naciente se suma la del final de la vida, también objeto de atención política, ha señalado el obispo Ku Yoo-bi, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Seúl y presidente del Comité de Bioética, durante un encuentro sobre «cuidados al final de la vida» que se ha celebrado hoy 28 de agosto en la Asamblea Nacional.

En el debate, coorganizado por miembros del Partido del Poder Popular, la Comisión para la Vida de la Arquidiócesis de Seúl y el Instituto Católico de Bioética de Seúl, el obispo ha destacado: «La creciente demanda de eutanasia y suicidio asistido refleja hoy la pérdida de esperanza en los cuidados. Si nuestra sociedad solo prioriza la eficiencia y la productividad, la atención a los pacientes parecerá un desperdicio; en consecuencia, los enfermos se verán empujados hacia la muerte».

Mons. Ku Yoo-bi ha añadido: «La asistencia es la medida de lo humana que es una sociedad. Una sociedad que no protege a los enfermos y vulnerables, que obliga a morir a quienes necesitan cuidados, es una sociedad deshumanizada».

El obispo ha resaltado: «Ayudar a un paciente a suicidarse bajo el pretexto de la “misericordia” es engañoso: representa una distorsión peligrosa de la verdadera misericordia». Y ha concluido: «El derecho a la autodeterminación es un derecho de una persona viva y no puede prevalecer sobre el derecho a la vida. La muerte nunca puede reconocerse como un derecho».
(PA) (Agencia Fides 28/8/2025)


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