ASIA/COREA DEL SUR - Los obispos coreanos ante las modificaciones en la ley del aborto: Una enmienda que “empaña la esencia de la vida”

miércoles, 6 agosto 2025

Pixabay

Seúl (Agencia Fides) – La propuesta de enmienda a la ley del aborto en Corea del Sur “empaña la esencia de la vida”, afirma la Conferencia Episcopal Coreana en un comunicado publicado tras “la enmienda parcial a la ley de salud materno infantil” propuesta por el diputado del Partido Demócrata, Nam In-soon.

Los obispos argumentan que “el proyecto de ley intenta redefinir el acto del aborto en términos más neutrales, cambiando el término actual ‘cirugía de aborto artificial’ por ‘interrupción artificial del embarazo’”, y que “esto oscurece la esencia de la vida, diluye su valor y empaña la percepción ética del aborto. Este cambio retórico convierte el aborto de ‘una elección de terminar’ a ‘una decisión terapéutica’, lo que podría conducir a un peligroso cambio cultural que reduce el aborto a un simple ‘procedimiento médico rutinario’”.

No solo eso. La enmienda legalizaría “todas las formas de aborto, tanto médico como quirúrgico”, lo que “podría provocar un aumento drástico del número de abortos, dificultando la protección de la salud física y psicológica de las mujeres. Al aplicar la cobertura del seguro médico a este procedimiento, el gobierno intenta establecer un sistema de financiación pública para los procedimientos de aborto. Esta medida socava fundamentalmente el deber del Estado de proteger el derecho a la vida”.

Para los obispos coreanos, el proyecto de ley en cuestión también representa “una violación directa del Artículo 10 de la Constitución”. Y, “aunque debe respetarse el derecho de la mujer a la autodeterminación, este derecho no puede prevalecer sobre el derecho a la vida del feto”. De ahí la exhortación de la Conferencia Episcopal Católica de Corea al Gobierno “a establecer leyes y sistemas que respeten y protejan simultáneamente el derecho a la vida del feto y los derechos de las mujeres. Dichas leyes y sistemas deben, sobre todo, garantizar que el embarazo y el parto no se conviertan en una carga para las mujeres”.

Las mujeres y sus hijos no nacidos no deben ser considerados “como entidades opuestas. Este es el camino que nuestra sociedad debe recorrer hacia el verdadero bien común. Proteger una vida significa esencialmente proteger la dignidad de toda la comunidad”.
(F.B.) (Agencia Fides 6/8/2025)


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