ASIA/INDONESIA - De Flores a Turquía: la misión de las Hijas de la Reina del Santo Rosario

sábado, 11 mayo 2024 religiosas   misioneros   misión   evangelización  

Izmir (Agencia Fides) - La que realizan las Hijas de la Reina del Santo Rosario, una congregación religiosa indonesia fundada en 1958 en Larantuka, en la isla indonesia de Flores, considerada "el corazón católico de la nación", es una misión siempre en nombre de la Virgen María. En la isla, evangelizada por los portugueses, la Virgen es venerada sobre todo como Reina del Rosario y a este título están advocadas congregaciones religiosas, asociaciones y cofradías diversas.

La devoción mariana es la amalgama popular que anima la fe del pueblo, y las numerosas vocaciones a la vida religiosa son un testimonio de ello. En un dinamismo que siempre es fuente de esperanza, las Hijas de Nuestra Señora Reina del Santo Rosario cuentan cada año con una veintena de jóvenes que ingresan en la congregación.
Las religiosas desempeñan un papel importante porque, como mujeres indonesias, pueden hacer mucho para promover un mayor respeto de la mujer en la sociedad indonesia, trabajando con las familias y los jóvenes, ayudando a crear una mayor conciencia y respeto de la dignidad de la mujer.

Pero dentro del alma y el carisma del instituto se encuentra también la preocupación misionera: la orden fue fundada por el Arzobispo Gabriel Manek, SVD, Vicario Apostólico, ahora Siervo de Dios, que pertenecía a la Sociedad del Verbo Divino, que es una congregación misionera, así como por la Madre Anfrida van der Werff, S.Sp.S. La fundación fue una respuesta a la situación de la Iglesia local, carente de sacerdotes y religiosos, pero fue sobre todo una expresión de gratitud a Dios por sus cuidados hacia los cristianos de Larantuka, que conservaron su fe en Cristo durante más de dos siglos, a pesar de estar privados de la atención pastoral de los sacerdotes, sólo gracias a la devoción a Nuestra Señora y al rezo diario del Rosario. En recuerdo de aquel momento histórico, la congregación de religiosas fue encomendada a María, Reina del Santo Rosario.

En 2020, en Turquía, en plena pandemia, las Hermanas de Ivrea que trabajaban en la escuela italiana y ayudaban a la Parroquia del Santo Rosario de Alsancak, en la zona de Izmir, se marcharon. Los sacerdotes locales, tras una labor de búsqueda, acudieron a las Hermanas Hijas de la Reina del Santo Rosario de Indonesia, que se mostraron dispuestas a una eventual presencia misionera. Así, tras una inspección de la Madre General, Sor Gratiana, y de la Provincial de Europa, Sor Sofía, las religiosas, acogidas por el arzobispo Martin Kmetec y una vez obtenidos los permisos necesarios para entrar en Turquía, se instalaron en Izmir.

Dos jóvenes religiosas, Sor Magdalena y Sor Yona, han llegado a la parroquia en 2024 y han sido acogidas con alegría. Desde el primer momento, las religiosas se han ganado la simpatía de los fieles con sus sonrisas y con el servicio que prestan en la liturgia, cantando, visitando a las familias, a los ancianos y a los enfermos, así como ayudando a los catequistas en la preparación para los sacramentos de iniciación cristiana. Ahora, las hermanas indonesias han comenzado un curso intensivo de turco y se dedican cada día a acoger a visitantes y peregrinos, tratando de dar testimonio de su fe en Cristo con sencillez, mansedumbre y pobreza de espíritu.

Al describir su espiritualidad y carisma, las hermanas dicen: "Nuestra misión es participar en la misión de Cristo y construir el Reino de Dios predicando su Palabra a los pobres, los enfermos y los necesitados. La congregación está encomendada al cuidado de Nuestra Señora Reina del Rosario, y como hermanas estamos llamadas a imitar a María, la Sierva del Señor. María fue la que siguió fielmente al Señor Jesús hasta el Calvario, por lo que es un modelo para nosotras sobre cómo seguir a Cristo. Ella es también la Maestra de vida espiritual, apostólica y comunitaria. En nuestra vida diaria, nos esforzamos por ser madres y hermanas de quienes encontramos, y en el espíritu de acción de gracias del Magnificat, servimos a Dios y a su pueblo con un corazón alegre y con sencillez". La suya es una presencia preciosa en Turquía que, según afirman los fieles locales, dará mucho fruto.
(PA) (Agencia Fides 11/5/2024)


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