Guangzhou (Agencia Fides) - Este año, como sucede de vez en cuando, el inicio del tiempo de Cuaresma coincide con los días festivos del Año Nuevo chino. Una coincidencia ligada al hecho de que ambos eventos están fijados temporalmente según el Calendario Lunar.
A primera vista, los dos acontecimientos parecen contrapuestos: la Cuaresma es tiempo de ayuno, abstinencia y penitencia, el Año Nuevo es tiempo de celebración alegre. El obispo Joseph Gan Junqiu, al frente de la archidiócesis de Guangzhou, muestra en su Carta Pastoral para la Cuaresma de 2024, cómo la visión cristiana puede disolver esta aparente contradicción. “En realidad -escribe el obispo chino-, todas las acciones impulsadas por la intención de amar se dirigen en última instancia hacia Dios”. Así, “al salir de la soledad de la vida urbana, dejamos atrás la lejanía de nuestros seres queridos y volvemos a casa, donde prevalece la alegría del reencuentro con la familia. Al mismo tiempo, también podemos vivir la Liturgia de las Cenizas reconociendo que es una llamada del Padre eterno que se dirige a nosotros, una llamada a volver a casa”.
En su Carta Pastoral para la Cuaresma 2024, titulada “Oh Dios, crea en mí un corazón puro” (Sal 51,10), el obispo Joseph muestra “cómo los cristianos podemos sumergirnos en el amor y el perdón de Dios en este tiempo de fiestas y reuniones familiares”.
El Año Nuevo, señala el obispo de Guangzhou, es una “despedida del pasado para dar la bienvenida al futuro”. En el camino cristiano, de forma similar, la experiencia del perdón y el arrepentimiento por los propios pecados también es un “decir adiós al pasado” y un dirigirse con confianza hacia el tiempo venidero. En tal experiencia “nos llenamos de alegría y esperanza de vivir, quedamos hechos nuevos por el amor de Cristo, en la gracia de Dios”.
La Cuaresma es “el tiempo de preparación para la alegría de la Pascua”. Y precisamente el tiempo del Año Nuevo chino - subraya el obispo Gan – “es una oportunidad de oro para testimoniar la fe católica a la familia y con ella”. Se puede asistir “a la Misa de Acción de Gracias en Nochevieja con nuestra familia, donde todos juntos podemos dar gracias a Dios por su protección y bendiciones en el año transcurrido, y pedir su bendición para la paz y la salud de nuestras familias y nuestro trabajo. Al rezar y recibir los sacramentos junto con nuestros seres queridos, también podemos abrazar en agradecimiento a Jesús el ambiente festivo y de acción de gracias del Año Nuevo chino”. Así, “no sólo preservamos la singularidad de la fe católica permaneciendo plenamente inmersos en nuestra cultura tradicional, sino que podemos demostrar que la fe cristiana es un don que permanece siempre en nuestros corazones, en cualquier circunstancia”.
Durante el tiempo de la fiesta de Año Nuevo -se lee en la carta pastoral-, los cristianos “pueden rezar, leer y meditar la Palabra de Dios, y ocuparse del prójimo”.
“El Año Nuevo chino - insiste el obispo Gan-, es un tiempo propicio para ocuparse de los demás”, empezando por los ancianos, los enfermos, los que están solos y los que tienen dificultades. “Podemos experimentar la bendición y la paz de Dios durante la Fiesta de Primavera pasando tiempo con nuestras familias, rezando en comunión y cuidando de los demás”, concluye el obispo de Guangzhou.
(NZ) (Agencia Fides 6/2/2024)