Yangon (Agencia Fides) - Con motivo del aniversario del golpe de Estado llevado a cabo el 1 de febrero de 2021 por la junta militar, algunos fieles católicos de Myanmar están viviendo el acontecimiento dedicándose a la adoración eucarística silenciosa, recitando el Rosario y encomendando la situación a la protección de la Virgen María. Al mismo tiempo que invocan "un tiempo de paz, justicia y libertad para la nación": así lo relatan estos católicos que, junto a otros miles de ciudadanos, en Yangon -como en otras ciudades birmanas- se han sumado a la huelga silenciosa convocada "desde abajo" para conmemorar el trágico acontecimiento del golpe de Estado, que interrumpió el proceso democrático y provocó un conflicto civil que aún continúa dramáticamente.
Como explica el laico católico Joseph Kung, en la parroquia de Santa María de Yangon esta mañana se celebró una misa en la que se rezó "por los detenidos injustamente, por los que han huido de la persecución, por todos los desplazados internos que viven en la miseria o que han perdido el contacto con miembros de sus familias". La comunidad local ha encomendado al Señor " los inocentes que han muerto, en todo Myanmar, desde el día del golpe de Estado hasta hoy" y, sobre todo, ha implorado a Dios "que cese la guerra y vuelvan la paz, la justicia, el Estado de derecho y el respeto de la dignidad humana, según el Evangelio".
En el tercer aniversario del golpe, la gente recuerda 'las esperanzas que suscitaron las elecciones generales de 2020, los planes que los jóvenes hicieron entonces hablando de prosperidad y paz, el esfuerzo por contener la pandemia mediante la solidaridad nacional', señala Kung. La ciudadanía ha recordado todo esto y se ha declarado en huelga silenciosa, y mientras en muchas ciudades las calles están desiertas, 'la disidencia silenciosa hace ruido y llega a oídos de los militares que están perjudicando a su propio pueblo', señala. "La oración elegida hoy es la de la misericordia divina: Jesús, confío en Ti, que se haga Tu voluntad", señala, contando que la llamada del Papa a un "Año de Oración" en preparación del Jubileo, en Myanmar ha tomado la forma de una especial y continua "oración por la paz en nuestra querida nación".
Mientras tanto, la junta militar - empeñada en contener la creciente rebelión que el pasado otoño lanzó una ofensiva denominada "Operación 1027" (véase Fides 23/11/2023), conquistando partes del territorio del país - ha prorrogado el estado de emergencia otros seis meses, afirmando que la medida es necesaria "para conducir a la nación a un estado normal de estabilidad y paz".
En los tres años transcurridos desde el 1 de febrero de 2021, el escenario social del país ha cambiado. En una primera fase, la población birmana salió a la calle pacíficamente para expresar su disconformidad, y la respuesta del ejército fue una dura represión. La protesta se fue convirtiendo en rebelión armada, con la formación de las Fuerzas de "Defensa del Pueblo", compuestas principalmente por jóvenes de la etnia bamar, la principal del país. Esto dio lugar a un conflicto civil que aún hoy atraviesa el país, y que se agravó cuando los grupos de resistencia se fusionaron con las milicias étnicas históricamente presentes en las zonas fronterizas de Myanmar.
En tres años, la guerra civil ha provocado más de 2,5 millones de desplazados internos, generando una grave situación humanitaria ya que se impide a las organizaciones internacionales llevar ayuda.
(PA) (Agencia Fides 1/2/2024)