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Maumere (Agencia Fides) - "Aquí parece que no hay tiempo para envejecer ya que las diversas actividades nos mantienen siempre en forma, casi como jóvenes”, escribe el padre Luigi Galvani desde la isla de Flores, en Indonesia.
El misionero camilo pionero de la diócesis de Maumere relata algunos de los compromisos que la Iglesia lleva a cabo en la isla. "Cada semana nos ocupamos de visitar a los enfermos y ancianos de la parroquia, a los que llevamos la comunión junto con nuestros seminaristas. Además, cada mes distribuimos un paquete de alimentos a 160 familias pobres".
"También nos sentimos orgullosos del proyecto 'Vidas-atrapadas' que hemos puesto en marcha", añade el P. Galvani, "gracias al cual podemos liberar a enfermos mentales que viven en chozas miserables con un pie atrapado entre dos grandes troncos. Para ellos, gracias a la generosidad de amigos, hemos construido pequeñas chozas donde pueden tener una cama, una mesa, una silla y, sobre todo, un retrete. En pocos años, ya hemos liberado a varios de ellos y construido unas ochenta casitas".
"En este momento, el obispo de Maumere, Edwaldus Sebu, está bastante ocupado con las ordenaciones sacerdotales", dice el misionero, hablando del continuo florecimiento de vocaciones en la isla de Flores. Acaba de tener lugar la ordenación de seis sacerdotes de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Nosotros, los Camilianos, también estamos en la lista con dos, el 11 de febrero. La mayoría de estas vocaciones provienen de nuestra isla de Flores, que figura siempre como la "tierra prometida" de las vocaciones masculinas y femeninas y de los misioneros. Aquí no parece faltar la providencia vocacional. De hecho, se están preparando más ordenaciones para los próximos meses entre los diversos Institutos presentes. El Señor parece amarnos y bendecir nuestra isla de Flores y también nuestro compromiso misionero" concluye.
(LG/AP) (Agencia Fides 24/1/2024)
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