Abuja (Agencia Fides) – “Un incidente desafortunado, inquietante y doloroso”. Así ha calificado el presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, el bombardeo llevado a cabo por las fuerzas armadas nigerianas contra una procesión de fieles musulmanes que celebraban la fiesta del Maulud (cumpleaños del profeta Mahoma). El ataque, aparentemente perpetrado por drones armados (aviones no tripulados), tuvo lugar el domingo 3 de diciembre en Tundun Biri, en el área de gobierno local de Igabi, en el estado de Kaduna, al norte de Nigeria.
La Agencia Nacional de Emergencias ha confirmado la muerte de al menos 85 personas y 66 heridos.
Dos organizaciones islámicas locales, el Arewa Consultative Forum (ACF) y la Jama'atu Nasril Islam (JNI), han pedido que se investigue a fondo el atentado. En un comunicado, el ACF afirma estar "perplejo y profundamente perturbado por el hecho de que una operación de este tipo pudiera ser considerada y ejecutada en una zona tan densamente poblada, lo que sugiere un fallo de inteligencia inexcusable, escandaloso y plausiblemente incompetente".
El ACF exige "una investigación completa, exhaustiva, honesta y abierta del incidente, para establecer exactamente lo ocurrido, quién está implicado y cómo, y el número de vidas perdidas y heridos. La investigación debe llevarse a cabo con la plena participación de la población de la comunidad afectada (que no debe ser intimidada para que guarde silencio sobre los cruentos detalles de sus pérdidas)".
Por su parte, la JNI, en un comunicado, ha declarado: "El bombardeo de fieles musulmanes por parte de la fuerza aérea, que ha causado la pérdida de no menos de 100 vidas inocentes, es un acto reprobable. Un acto tan cruel y devastador es totalmente contrario a los principios de paz y unidad que, como comunidad, nos esforzamos por defender en este momento crítico para la nación nigeriana, y el acto socava las relaciones entre civiles y militares".
Por su parte, el Ejército nigeriano ha emitido un comunicado en el que pide disculpas por la tragedia y recuerda cómo los terroristas han desarrollado una estrategia consistente en atrincherarse deliberadamente en comunidades rurales para evitar los ataques militares, disfrazándose de civiles para cometer actos de terrorismo.
(LM.) (Agencia Fides 6/12/12023)