ÁFRICA/NIGERIA - Violencia y baja participación en las elecciones para elegir gobernadores en tres estados. Se reaviva el debate sobre las elecciones "fuera de ciclo"

martes, 14 noviembre 2023 elecciones   violencia   obispos  

Abuja (Agencia Fides) - “Hemos tenido este sistema democrático durante 25 años, pero ¿qué hemos conseguido? Deberíamos tener la libertad de determinar quién debe gobernarnos o representarnos en cualquier nivel” afirma Lucius Iwejuru Ugorji, arzobispo de Owerri, presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, tras la votación para elegir a los gobernadores de tres estados (de los 36) que componen la Federación Nigeriana.
La aguda observación del Presidente de la Conferencia Episcopal encuentra eco en numerosos sectores de la sociedad nigeriana. Las conocidas como "elecciones fuera de ciclo" o aquellas que se llevan a cabo al margen del proceso electoral regular para los órganos federales y estatales, tienen sus raíces en 1999, cuando la dictadura militar cedió paso al resurgimiento de la democracia. Inicialmente, se tenía la expectativa de que las elecciones se desarrollaran de manera periódica en todo el país en un ciclo de cuatro años. Pero, tras los comicios de 1999, numerosos candidatos impugnaron los resultados en diversos estados, generando una cascada de procesos judiciales.
Como consecuencia de estas impugnaciones, los tribunales electorales destituyeron a algunos gobernadores y ordenaron la repetición de las elecciones. Este episodio marcó un hito al desencadenar la celebración de elecciones fuera del ciclo electoral convencional en ocho estados de la federación después de 1999.
El pasado 11 de noviembre tuvieron lugar elecciones para elegir gobernadores en los estados de Kogi (centro), Bayelsa (sur) e Imo (sureste) en Nigeria. El partido All Progressives Congress (APC), liderado por el presidente Bola Ahmed Tinubu, obtuvo la victoria en Kogi e Imo, mientras que el Partido Democrático Popular (PDP), en oposición, prevaleció en Bayelsa.
La participación electoral ha experimentado una marcada disminución debido a la violencia que ha acompañado la campaña, disuadiendo a numerosos votantes de acudir a las urnas. A pesar de la movilización de un contingente policial masivo, con 92,565 agentes, de los cuales 27,000 estaban desplegados en Bayelsa, 25,565 en Imo y 40,000 en Kogi, respaldados por helicópteros, se han producido serios episodios de violencia. En el estado de Imo, el presidente del Partido Laborista y un miembro del partido han sido brutalmente agredidos, mientras que en Bayelsa se han reportado tiroteos y asesinatos tanto antes como durante las elecciones. En distintas localidades, funcionarios de la Comisión Electoral Independiente han sido tomados como rehenes. Además, en Kogi, previo a la votación, se descubrieron individuos con papeletas pre-rellenadas, lo que resultó en la anulación de los comicios en ciertos centros de votación. La lista de problemas también incluye numerosas dificultades logísticas, prácticas de compra de votos y complicidades entre funcionarios estatales, agentes de seguridad y responsables electorales.
Una corriente de pensamiento sostenía que las "elecciones fuera de ciclo" podrían servir para descubrir y corregir las distorsiones en el sistema electoral. No obstante, estas elecciones han demostrado ser aún más problemáticas que las regulares, llegando al punto en que el ex presidente Goodluck Jonathan ha instado a una modificación constitucional para poner fin a las votaciones fuera del ciclo regular.
La causa principal de esta situación se atribuye a la insaciable búsqueda de dinero y poder por parte de muchos candidatos. Monseñor Ugorji ha enfatizado que “los funcionarios públicos deberían tener presente la transitoriedad del poder”, y ha instado a los jóvenes a “resistir la tentación de convertirse en carne de cañón o en matones”. En la misma línea, el cardenal John Olorunfemi Onaiyekan, arzobispo emérito de Abuja, ha expresado consideraciones similares. “Si el propósito de un gobernador es servir al pueblo, no debería haber necesidad de este conflicto. ¿Por qué entonces una lucha tan intensa por el liderazgo?”, se ha cuestionado. Y ha concluido destacando que “esta competencia se utiliza para exaltar a las personas, para obtener poder con fines egoístas en lugar de utilizarlo para el bien común”.
(L.M.) (Agencia Fides 14/11/2023)


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