ASIA/BAHREIN - Entre persecuciones y “redenciones”: el Vicario Apostólico Berardi recorre la aventura misionera de los Padres Trinitarios

martes, 7 noviembre 2023

Manama (Agencia Fides) – “Soy el primer Padre Trinitario que llegó a Bahrein. Después de mí llegaron los demás y creamos una comunidad”. El Vicario Apostólico de Arabia del Norte Aldo Berardi, primer Obispo de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Esclavos (O.SS.T.) en el Golfo, vive su vocación siguiendo los pasos de una larga historia de redención, oración y obras apostólicas. El pasado sábado, 4 de noviembre, el obispo presidió la misa solemne con la apertura de la Puerta Santa de la catedral de Nuestra Señora de Arabia en Awali, con ocasión del Jubileo proclamado para celebrar el 1500 aniversario del martirio de los santos Areta y compañeros mártires (véase Fides 20/10/2023).
“Como Padres Trinitarios -subraya en conversación con la Agencia Fides- estamos entre el monacato y el apostolado en el mundo. La nuestra es una larga tradición que comenzó un poco antes de San Francisco, y que llevamos adelante desde hace siglos a pesar de las enormes dificultades que a menudo encontramos”.
Conocidos como la Orden de los Padres Trinitarios, definidos como "redentores" por su carisma específico de ir a rescatar de diversas maneras a los prisioneros cristianos secuestrados o que sufrían condiciones de esclavitud, fueron la primera familia religiosa que abrazó esta singular misión. Les siguieron los mercedarios fundados en España. “Una persona muy conocida rescatada por los trinitarios fue el escritor español Miguel de Cervantes -relata Berardi-, capturado tras la batalla de Lepanto, y cautivo durante unos años en Argel hasta que los padres lo rescataron para que regresara a España. Fue después de su liberación cuando escribió Don Quijote. Sus restos se encuentran en el Monasterio de San Ildefonso y San Juan de Matha, de las monjas Trinitarias de Madrid. En aquella época, el Monasterio era una hospedería para las monjas trinitarias que no podían salir y vivían en los monasterios como Madres Trinitarias. Más tarde nacieron las congregaciones apostólicas femeninas, que hoy siguen siendo muy activas”.
La larga historia de la Orden ha visto a los padres soportar muchas dificultades a lo largo de los siglos. Fueron expulsados de muchos países y llegaron a quedar muy reducidos, sólo para volver a ponerse en marcha de nuevo. “Después del Concilio Vaticano II - explica el Vicario Apostólico - dentro de la Orden se hizo un estudio sociopolítico de las situaciones y se volvió a un concepto de 'redención' aplicado a la esclavitud moderna. La última etapa nos vio volver a nuestros orígenes; con el crecimiento de las situaciones de persecución, empezamos a intervenir de nuevo en muchas situaciones difíciles. El de los Padres Trinitarios ha sido un camino que ha pasado de ser muy práctico, luego más espiritual, luego de nuevo práctico, y luego de vuelta al carisma de origen, que nos pide ayudar a las comunidades cristianas perseguidas a mantener la fe en los lugares donde se encuentran”.
El vicario Berardi ingresó en el seminario menor de Francia a los 16 años, “y ya era un poco tarde, porque mis padres no querían”. Tras estudiar en el seminario de Villers-lès-Nancy para la diócesis de Metz, optó por hacer dos años de servicio civil en lugar de un año de servicio militar y se fue a Madagascar, donde conoció a los trinitarios españoles en las misiones de la diócesis de Tsiroanomandidy: “Vi el compromiso de los misioneros en la vida cotidiana: iban a ayudar a la población local, a la que luego dejaban todas las obras que habían empezado para irse a lugares más remotos, donde había más necesidades. Me gustó especialmente este espíritu”.
De regreso a Francia, Berardi entró en el noviciado y luego continuó sus estudios teológicos y su formación en Canadá y Roma, y fue enviado a Sudán y Egipto. “Desde allí -recuerda hoy monseñor Berardi-, con la ayuda también de los Misioneros Combonianos, los trinitarios conseguimos ayudar a los cristianos sudaneses, rescatar a los niños, abrir escuelas para los huérfanos e intervenir en la medida de lo posible. Después de pasar ocho años en Egipto, llegué al Vicariato de Arabia, como se llamaba entonces, con estancias cada vez más largas hasta que obtuve un visado permanente”. La intención de los trinitarios era trabajar en las comunidades de los países del Golfo donde no había sacerdotes. “Estuve allí diez años, y luego me eligieron miembro del Generalato. Por desgracia, a causa del Covid, todo se paralizó durante los años de la pandemia”.
Ahora los religiosos trinitarios tienen una casa de formación en Vietnam, hermanas en China, y recientemente han empezado a estar presentes también en Marruecos. Algunos jóvenes se preparan para ir a Nigeria.
En Marruecos, el padre Aldo, junto con otros miembros de la Familia Trinitaria procedentes de todo el mundo, participaron en el encuentro organizado en abril ( véase Agencia Fides 20/04/2023) para seguir los pasos de los antiguos "redentores" que fueron al norte de África para rescatar a los esclavos cristianos sometidos a los amos musulmanes. “Fue una experiencia muy hermosa -cuenta el obispo- llevar a más de cien fieles sobre los pasos de los redentores de los años 1600/700 que fueron a Marruecos hasta Meknes. Tenemos la cuenta de todos los esclavos liberados”.
La Orden de la Santísima Trinidad fue fundada en 1994 en Cerfroid (una localidad rural a 70 km de París donde se estableció la primera comunidad, considerada la "casa madre" de la Orden) por San Juan de Matha para la liberación de los cautivos cristianos (prisioneros de guerra en manos de los musulmanes). Félix de Valois se considera cofundador de la Orden. El Papa Inocencio III aprobó la Regla de la Orden de la Santísima Trinidad (Ordo Sanctae Trinitatis et captivorum) en 1198.
(AP) (Agencia Fides 7/11/2023)


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