ASIA/INDIA - El camino sinodal de la Iglesia en las islas Andamán y Nicobar entre aldeas y “estaciones misioneras marinas”

sábado, 30 septiembre 2023 sínodo de los obispos   misioneros   misión   evangelización  

Visita del Obispo a una comunidad rural

Port Blair (Agencia Fides) - La comunidad de las islas Andamán y Nicobar, en el océano Índico, es una comunidad católica que ha vivido el estilo sinodal desde sus inicios. La única diócesis que abarca todo el territorio, Port Blair, cuenta con 500 islas, 40 de ellas habitadas, con la presencia de unos 40.000 católicos, sobre una población de casi 500.000 habitantes, en su mayoría hindúes, además de grupos animistas y musulmanes Para superar los riesgos del aislamiento, en la Iglesia local se observa una clara vocación a "caminar juntos" como comunidad, y a proveer, con la contribución de todos, a las necesidades de la Iglesia, empezando por el sostenimiento del personal y de las estructuras eclesiásticas.
Como sucede a menudo en las diócesis formadas por archipiélagos, los sacerdotes, religiosos y catequistas se enfrentan a largas travesías para llegar a las parroquias y pueblos más aislados. "Pero, ya estando en la isla de South Andaman, donde se encuentra Port Blair, se necesitan hasta dos días para ir al norte de la misma isla", explica a la Agencia Fides el obispo Visuvasam Selvaraj. "El medio más utilizado es el barco, pero con las diversas paradas, el viaje puede durar aún más", dice sonriendo.
En la diócesis de 18 parroquias repartidas por las islas trabajan 51 sacerdotes (nueve diocesanos y otros tantos religiosos), pero en los numerosos pueblos, todos ellos pesqueros, a menudo hay pequeñas capillas, más de 150 en total, que son auténticas "estaciones misioneras marinas", en torno a las cuales se agrupan algunas familias de bautizados.
Las islas fueron evangelizadas por misioneros jesuitas belgas llegados a principios del siglo XX desde el norte de la India: “Tomando nota de la realidad fragmentada de las islas, los misioneros fueron muy cuidadosos, desde el principio, en crear un sistema en el que los laicos participaran plenamente en la vida de la Iglesia. Tomaron prestadas ya daptaron las prácticas ‘democráticas’ y los modos de gestión comunitaria de los pueblos tribales, procedentes principalmente del cinturón de Chhota Nagpur, en la zona de los actuales estados de Jharkhand y Chhattisgarh. Bien puede decirse que, incluso antes del Concilio Vaticano II, la participación de los laicos en la vida de la Iglesia en Andamán era muy amplia, incluso a nivel de responsabilidad”, señala el obispo.
Este rasgo específico, que caracteriza la vida de la comunidad católica local, ha facilitado la participación en los trabajos del Sínodo convocado por la Santa Sede, gracias a la plena implicación de la base de los fieles: “Hemos tenido consultas en las 18 parroquias - explica el obispo - y en el 90% de los 159 pueblos de la diócesis, los fieles han participado en el diálogo y en la discusión”. La vida de nuestra Iglesia está dividida en numerosas pequeñas comunidades, 552 pequeñas comunidades cristianas, que viven la fe como un don y una responsabilidad. Esto se manifiesta también en la participación masiva en la práctica de la fe, por ejemplo, más del 70% de los bautizados acuden regularmente a la iglesia los domingos”.
El enfoque sinodal prevalece normalmente en la vida pastoral, “donde el obispo no es 'un hombre al mando', sino que siempre escucha a la comunidad porque el Espíritu Santo se manifiesta en la comunidad”, señala. Este es, según el párroco de Port Blair, “el secreto para tener una comunidad que camina con alegría hacia el Reino de Dios. Vivimos, por la gracia de Dios, un espíritu de unidad entre sacerdotes, religiosos, organizaciones laicales. En la condición estructural de una Iglesia dispersa entre comunidades distantes, hay una fuerte intención de comunión, cooperación, solidaridad. Este es el don que podemos testimoniar en la sociedad. También se hace sentir en la ayuda económica que se da a la Iglesia. El Pueblo de Dios decide una ofrenda mensual y se hace cargo responsablemente de las necesidades de cada parroquia. El obispo y los sacerdotes llevan un estilo de vida sencillo, sin lujos. Intentamos estar cerca de la gente”, señala. Y cuenta su experiencia: “Como obispo, por ejemplo, en dos años, viajando sin parar, he visitado un total de 89 pueblos, incluso pequeños, con diez familias católicas cada uno. Paso 24 horas con ellos, visito a las familias, escucho, comparto, administro los sacramentos. Como con ellos, celebro la misa. Este compartir es muy apreciado por los fieles. Además, mi obispado está abierto a todos. Cualquiera puede venir a hablar, las puertas están abiertas. Y los fieles lo saben”.
El obispo Visuvasam Selvaraj concluye: “Hay armonía en la comunidad. Puedo decir, con alegría y gratitud, que somos una comunidad feliz, una comunidad que vive la fe y da testimonio del amor de Dios. Como dice el Evangelio: 'Os conocerán por cómo os amáis'. Así pues, el amor fraterno es una forma de evangelización y un rasgo misionero”.
A principios del siglo XX, las islas Andamán y Nicobar eran territorio británico, utilizado también como lugar de detención. Fue entonces cuando comenzaron las primeras visitas de jesuitas de Calcuta y misioneros de la zona de Birmania. Tras la independencia de la India (1947), los misioneros católicos de Ranchi (actual sede de la archidiócesis metropolitana) empezaron a viajar a las islas Andamán. En 1965, la misión en el archipiélago se encomendó a la Sociedad de los Misioneros de San Francisco Javier (SFX), los llamados "Padres del Pilar", con sede en Goa. La diócesis de Port Blair se erigió en 1985. Administrativamente, el archipiélago es un territorio de la Unión India, una división administrativa dependiente del gobierno federal.
(PA) (Agencia Fides 30/9/2023)


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