ASIA/MONGOLIA - En misión en Arvaikheer: las estrategias de los hombres, las sorpresas de Dios

jueves, 31 agosto 2023 evangelización   papa francisco   visita pastoral  



Es posible leer las entrevistas del vídeo en español activando la modalidad “subtítulos”.

de Gianni Valente

Arvaikheer (Agencia Fides) - Según el último censo, hay menos de 20 mil habitantes en Arvaikheer. En ese pequeño centro habitado de Mongolia, a 400 kilómetros al sur de la capital, los misioneros y misioneras comenzaron su labor apostólica hace apenas veinte años. Antes de eso, no había ni rastro de la presencia de la Iglesia Católica en esa región. El cuarto vídeo reportaje realizado para la Agencia Fides por Teresa Tseng Kuang yi con motivo del viaje del Papa Francisco a Mongolia (del 31 de agosto al 4 de septiembre) se centra en el “nuevo comienzo” de la misión de Arvaikheer. Las imágenes, el material de archivo y los testimonios inéditos condensados en el vídeo sugieren, de manera sencilla y sorprendente, de qué fuentes de gracia bebe la aventura misionera vivida en Mongolia en las últimas décadas.

El cardenal Giorgio Marengo, misionero de la Consolata y hoy prefecto apostólico de Ulán Bator, después de haber sido párroco durante mucho tiempo en la pequeña ciudad mongola del centro-sur explica que Arvaikheer “para mí fue verdaderamente la misión en primera línea”, porque “una cosa es la realidad de la capital y otra la de la provincia, el campo”.

Los primeros misioneros y misioneras que llegaron a Arvaikheer dejaron atrás “esa pequeña certeza” que habían adquirido en los primeros días de su presencia en Mongolia, para “abrirnos de nuevo a la novedad total”. Ahí volvimos a empezar, volvimos a “caminar día tras día”, a establecer relaciones de confianza con la población y las autoridades locales. Y ahora, si echa la vista atrás sobre el camino recorrido, el cardenal-misionero reconoce “cómo la mano del Señor nos ha guiado incluso a través de experiencias difíciles”, como cuando “no sabíamos lo que podía haber pasado”. En esa experiencia, las mujeres y hombres misioneros fueron acompañados para estar abiertos a las sorpresas del Espíritu. “Porque nosotros”, confiesa el Prefecto de Ulán Bator, “a veces partimos de ideas preconcebidas, modelos que llevamos con nosotros”, mientras que “quizás también es importante estar abiertos a los cambios de planes”, ser humildes “y escuchar al Espíritu, que habla a través de la realidad”.

Luego el camino se fue andando en “un sencillo testimonio de vida con los pequeños, con los más pobres”. Y así, “nació también el deseo por parte de algunas personas de acercarse a la fe”.

En el relato del video, los testimonios de misioneros y misioneras como el padre James Mate, la hermana Magdalena Maturi y la hermana Theodora Mbilinyi revelan casi involuntariamente los rasgos distintivos de toda auténtica obra apostólica: concreción, inmanencia en la vida ordinaria de los pueblos y humildad gozosa de aquellos que reconocen que la misión de tocar y cambiar el corazón de las personas no se debe a ellos, sino a la obra de Otro. “No hacemos grandes cosas, solo cultivamos la amistad y nos dedicamos a las pequeñas cosas que podemos hacer con ellos”, explica la hermana Theodora, quien inmediatamente añade que se siente “bendecida” porque las cosas que vio en Arvaikheer no son las que solo “estudiamos en los libros”, sino que son “una cosa real y viva”.

En el reportaje sobre Arvaikheer, los hechos y los encuentros acompañan la vida de los misioneros a lo largo del tiempo, configurándolos con Cristo. La dócil asimilación a Cristo es el secreto de la fecundidad de toda auténtica aventura misionera. No por voluntarismo en busca de visibilidad a través de empresas grandielocuentes, sino por el camino de la fidelidad agradecida y cotidiana. “Si pensamos en la vida de Nuestro Señor a lo largo de los 33 años que pasó en esta tierra”, dice el cardenal Marengo en el vídeo, “los primeros treinta años fueron de anonimato de Nazaret. Luego hubo tres años de ministerio y tres días de Pasión, muerte y Resurrección”. La vida de los misioneros a menudo parece discurrir “sobre la marcha”, con la sucesión de muchos días “quizás no tan significativos o al menos eso parece”, pero vividos en fidelidad a la relación con Cristo, tratando de construir relaciones con los demás como lo hizo Jesús con sus amigos y discípulos, explica el Prefecto de Ulán Bator. “Y luego, dentro de este tejido vital, el Señor construye todo su misterio de amor por las personas a las que somos enviados”. No es necesario inventar estrategias misioneras y “tener grandes planes en marcha”. Es mejor “abrirse a lo que la realidad nos dice día a día”, añade. Así, las personas pueden darse cuenta de que “más allá de nuestras pobres vidas hay un mensaje de amor y de misericordia que les toca y les puede conducir a la fe”.

La gratitud testimoniada por los mongoles bautizados, los primeros que fueron movidos y atraídos a la fe en Cristo, da cuenta de cómo Cristo sigue ejerciendo su preferencia por los pobres y los humildes. En el reportaje, el matrimonio de ancianos Perlima y Renani hablan sobre la alegría de ir a misa y las oraciones con las que todos los días le piden a Dios que proteja sus vidas y también a su ganado. Narran cómo conocieron a la pequeña comunidad católica de Mongolia en un momento en que con sus cuatro hijos “la vida era muy difícil”, no había trabajo y “no teníamos comida todos los días”. Cuentan que desde entonces, cada tarde, incluso cuando había poco para comer, “nos reconocíamos ricos en el amor de Cristo”.
(Agencia Fides 21/8/2023)


Compartir: