ASIA/PAKISTÁN - Liberar a los "esclavos modernos" de sus cadenas: la misión de un párroco en el Punjab

martes, 30 mayo 2023 trabajo infantil   trabajo   dignidad humana   libertad   derechos humanos  

ILO

por Paolo Affatato

Faisalabad (Agencia Fides) - Hay cinco familias cristianas atrapadas en la red del "trabajo esclavo" en las fábricas de arcilla que salpican el campo del Punjab paquistaní. Cada una de ellas está formada por jóvenes, ancianos y niños. Está la familia de Yaqoob Masih junto a las de Altaf Gill, Shafiq Bashir, Adnan Masih y Liaquat Barqat. Forman parte de las numerosas familias que se encuentran aprisionadas debido a la práctica del "peshgi", un anticipo del salario que el trabajador recibe del empleador, en razón de una necesidad, y que pasa a formar una deuda. Esa deuda se acumula y, por los intereses, crea un sistema de dependencia perpetua, que se convierte en una forma aceptada y legalizada de esclavitud moderna. El fenómeno está muy extendido en Pakistán, nación que ocupa el sexto lugar en el índice elaborado por "Global Slavery", que contabiliza 2,3 millones de esclavos en el país, el 1,13% de toda la población pakistaní.
Intentar liberar a estos esclavos es uno de los compromisos del padre Emmanuel Parvez, párroco de 72 años en Pansara, una ciudad de la diócesis de Faisalabad. Viajando por los campos de su parroquia -que incluye hasta 40 aldeas rurales-, el padre Emmanuel se encuentra constantemente con historias de sufrimiento como las de estas familias que no tienen a nadie a quien recurrir y están condenadas de por vida. Sobre todo en la región del Punjab, se da mucho el fenómeno de las masas de indigentes obligadas a trabajar, en condiciones de esclavitud, en fábricas que extraen arcilla del subsuelo, amasan ladrillos y los cuecen en hornos, en beneficio de la industria de la construcción. Familias enteras, por la necesidad de pagar sus deudas, se hallan atadas a los terratenientes, "amos" que gestionan la mano de obra según criterios de máxima explotación y mantienen a los trabajadores -incluidos niños, mujeres y ancianos- en condiciones inhumanas.
Los cristianos del Punjab, a menudo pertenecientes a los segmentos más pobres de la población y relegados a las últimas filas del antiguo sistema de castas -propio de la estratificación social del subcontinente-, acaban figurando entre las víctimas preferentes de un mecanismo que a menudo también los mantiene segregados. De hecho, la pesada deuda que hay que condonar impone a todos los miembros de la familia, independientemente de su edad, sexo o estado de salud, turnos agotadores por salarios de miseria. Es una condición muy alejada de cualquier derecho elemental, mientras las personas son consideradas como "mercancía" o de forma puramente instrumental, desprovistas de toda dignidad.
El pastor explica a la Agencia Fides: "Los cristianos e hindúes, que pertenecen a los segmentos más pobres de la población pakistaní, con frecuencia resultan víctimas del sistema: son los "esclavos por deudas", un mecanismo que les condena a abusos, vejaciones, maltratos, a toda una existencia a merced de amos sin escrúpulos. Todo empieza con un préstamo o un anticipo de los empleadores. Lo piden por la necesidad de atención médica, ya que la sanidad en Pakistán corre toda a cargo de los particulares. O, tal vez, para financiar la fiesta de boda de una hija", señala el pastor. "Devolver la cantidad adeudada exige años de trabajo sin derechos, sin certeza, sin sueldo, obligado a vivir en viviendas ruinosas. En muchos casos, el trabajador es incapaz de pagar la deuda, que no se extingue con su muerte, sino que salpica a la generación siguiente, creando generaciones de esclavos".
La industria del ladrillo florece en Pakistán y representa alrededor del 3% del PIB nacional. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo, hay entre 8.000 y 10.000 hornos repartidos por todo el país y alrededor de 1,5 millones de trabajadores en la industria. Sólo en la provincia de Punjab están activos 5 mil hornos, conocidos como el "reino del trabajo forzado", un sistema regido por una ley férrea e inflexible. El sacerdote ha constatado la presencia de más de ochenta hornos de extracción de arcilla y fabricación de ladrillos en el vasto territorio de su parroquia. Y, tras conocer historias de familias de esclavos, ha puesto en marcha una obra "para romper las cadenas de la esclavitud, que ya no se puede tolerar, y devolver la dignidad y la libertad a estas familias oprimidas por un yugo que condiciona sus vidas para siempre".
Don Parvez se dirige a los dueños de los hornos y pregunta la cuantía de la deuda contraída. Después, llamando a las puertas de donantes, sobre todo en Europa y Estados Unidos, intenta reunir la suma necesaria para el rescate de los esclavos (una media de entre 500 y 1.000 euros por familia). El amo, una vez recibido el dinero, firma el acta de liberación y extinción de la deuda. Así, el padre Parvez ha liberado ya a 40 familias cristianas, recibiendo una inmensa gratitud. También les ha proporcionado una modesta vivienda, construyendo una pequeña aldea llamada "Colonia Cristo Rey" en la diócesis católica de Faisalabad (Pakistán). La aldea albergará a trescientas familias campesinas cristianas, y entre ellas hay quienes han sido "resucitados a una nueva vida", familias enteras liberadas del "trabajo esclavo". Las familias liberadas consiguen enviar a sus hijos a la escuela, recuperan su libertad y su dignidad, se ven acompañadas a buscar otro tipo de trabajo, en la artesanía o la agricultura. Es una vida nueva, sencilla pero feliz para ellos.
Un reciente informe de la fundación "Walk Free", organización que vigila el fenómeno de la esclavitud moderna a escala internacional, calcula que 50 millones de personas viven en situación de "esclavitud moderna" en todo el mundo. "La esclavitud moderna impregna todos los aspectos de nuestra sociedad", ha declarado la directora de Walk Free, Grace Forrest. "Está entretejida en nuestra ropa, ilumina nuestros aparatos electrónicos y sazona nuestros alimentos", recordando que muchos materiales y artículos de consumo de la sociedad globalizada se fabrican con mano de obra explotadora, incluido el trabajo infantil. Este fenómeno perturba la educación y el empleo, genera pobreza extrema y migraciones forzosas que, en un círculo vicioso, "alimentan todas las formas de esclavitud moderna", afirma el informe. En 2015, uno de los objetivos de la ONU era acabar con la esclavitud moderna, el trabajo forzoso y la trata de personas para 2030: según "Walk Free", este objetivo aún está lejos de alcanzarse.
En este marco, la labor de un párroco es una gota en el océano. Pero también es esa semilla que puede germinar, recordando la labor histórica de los padres mercedarios, los religiosos pertenecientes a la Orden fundada en 1218 en Barcelona por San Pedro Nolasco con la ayuda de Jaime I, rey de Aragón, con el objetivo de liberar a los prisioneros cristianos que habían caído en poder de los "moros". En un reciente ensayo titulado "Mercaderes de almas", la estudiosa Maria Bianca Graziosi recorre la gloriosa historia de los mercedarios, llamados así en honor de Nuestra Señora de la Merced. Pedro Nolasco, comerciante y hombre adinerado, tomó conciencia del sufrimiento de los hombres esclavizados en un momento de su vida. Impactado, no sólo rescato a un gran número de esclavos con el dinero que ganaba, sino que también arriesgó su propia vida y fundó una orden religiosa, los "mercedari", que -en caso de que el dinero del rescate no llegara a tiempo o no fuera suficiente- ponían en juego sus propias vidas, pagando con sus propios cuerpos la suma exigida por los moros. La de Pedro Nolasco (1180-1265) se convirtió en una "misión de redención", ya que los mercedarios profesaron, como cuarto voto, "ofrecer su vida a cambio de los prisioneros en peligro de perder la vida y la fe".
Ponerse en juego, comprometer los propios recursos y energías, confiar en la ayuda de la Providencia y con el único objetivo de poner en práctica el Evangelio: con este espíritu, el padre Emmanuel Parvez, párroco paquistaní de 70 años, visita los pueblos de su inmensa parroquia en busca de almas que arrebatar a los verdugos.
(PA) (Agencia Fides 30/5/2023)


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