VATICANO - Reconocidas las virtudes heroicas de tres misioneras italianas que murieron de ébola en el Congo

lunes, 22 febrero 2021 epidemias   religiosas   enfermedades   evangelización   sanidad  

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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El 20 de febrero, el Santo Padre Francisco 
ha autorizado la Congregación para las causas de los Santos a promulgar algunos Decretos, entre los cuales se encuentra el reconocimiento de las virtudes heróicas de tres religiosas misioneras italianas, de la Congregación de las “Hermanas de las Pobres” - Instituto Palazzolo, muertas en la República Democrática del Congo (en aquel entonces Zaire) en 1995, tras la epidemia del virus Ebola. Las religiosas, que habían pasado varias décadas en misión en África, dedicadas a la atención médica, murieron por no dejar a los enfermos contagiados sin tratamiento. El ébola en Kikwit afectó a 220 personas y 176 murieron.
Las tres religiosas reconocidas como Venerables son la hna. Floralba Rondi, nacida en Pedrengo (Italia), el 10 de diciembre de 1924 y fallecida en Mosango (República Democrática del Congo) el 25 de abril de 1995. Era jefe de reparto de enfermeras, misionera en África desde hacia 43 años. La hna. Clarangela Ghilardi, nacida el 21 de abril de 1931 en Trescore Balneario (Italia) y fallecida en Kikwit (República Democrática del Congo) el 6 de mayo de 1995. Era enfermera de ostetricia, en África desde hacía 36 años. La hna. Dinarosa Belleri, nacida el 11 de noviembre de 1936 en Cailina di Villa Carcina (Italia) y fallecida en Kikwit (República Democrática del Congo) el 14 de mayo de 1995. Era enfermera, misionera en África desde hacía 30 años.
La epidemia había estallado en Zaire en ese momento, precisamente en Kikwit, a 400 km de la capital Kinshasa, en la región de Bandundu, en aquel momento la Agencia Fides al dar la noticia escribió: “La causa de la epidemia es el virus del Ébola, que toma su nombre del río Zaire donde estalló por primera vez una epidemia de fiebre y disentería hemorrágica en 1975. El virus se ha manifestado con mayor violencia en la ciudad de Kikwit, bañada por el río. Posteriormente, también se han producido víctimas en otros dos centros: Mosango y Yassa Bonga, que se encuentran a medio camino entre Kikwit y la capital. Aunque es prácticamente imposible cuantificar con precisión el número de personas infectadas y víctimas, la OMS ha señalado que dos tercios de las víctimas son personal hospitalario que presta servicios en las tres ciudades. Hasta el momento no existe una cura eficaz para los casos de contagio grave”. (Agencia Fides 20 de mayo de 1995)
En los últimos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado a seis países africanos de posibles infecciones por ébola. La alarma ha sido lanzada tras la notificación de nuevos casos en Guinea y la República Democrática del Congo (véase Fides 16/2/2021).
En Kikwit, que fue el epicentro de la epidemia de 1995, las religiosas trabajaban en el hospital que en ese momento tenía 11 pabellones con 400 camas, pero en períodos de emergencia los hospitalizados llegaban fácilmente a 1000. Las religiosas fallecidas también visitaban a los enfermos en el campo, ya que en un radio de 200 km de Kikwit había otros pequeños hospitales, dispensarios, enfermerías, leproserías y pabellones de tuberculosis: en estos lugares de sufrimiento y miseria la única presencia asistencial era garantizada por las religiosas. Las Hermanas de los Pobres están presentes en la República Democrática del Congo desde 1952, cerca de los más pobres, de los enfermos de lepra, de los niños huérfanos, de los ancianos solos.
En la correspondencia entre las hermanas y la Superiora, preocupada por su salud, se notan dos pensamientos fijos: “permanecemos en nuestro lugar a costa de nuestras vidas, porque estas personas, estos enfermos están en una situación de subdesarrollo espantoso y necesitados de todo”. De hecho, las religiosas podrían haberse salvado abandonando Kikwit, pero prefirieron quedarse en su lugar, conscientes de que con su partida muchos de los enfermos se habrían quedado sin atención.
“La muerte de las hermanas mártires de la caridad - escribió la entonces Superiora General de las Hermanas de los Pobres, Sor Gesualda Paltenghi - nos ha hecho meditar profundamente para comprender, recoger y guardar el secreto de su testimonio; su muerte ha sido la conclusión de una vida entregada día tras día con amor, alegría, humildad y total disponibilidad a Dios y a los hermanos. ¡Esta es la verdadera 'profecía'! Estamos seguras de que la vida entregada con amor y por amor por nuestras Hermanas en Kikwit es la semilla que genera vida para la Iglesia de Zaire, para África, para toda la Iglesia y también para nuestra Congregación”.
Junto a las tres religiosas cuyas heroicas virtudes han sido reconocidas, también murieron en las mismas circunstancias la hna. Danielangela Sorti, la hna. Annelvira Ossoli y la hna. Vitarosa Zorza. La Causa de Beatificación fue iniciada para las seis, en la Catedral de Kikwit el 28 de abril de 2013. El 8 de junio de 2013, siguieron las respectivas investigaciones en la diócesis de Bérgamo, donde las hermanas habían vivido parte de sus vidas, que terminaron el 25 de enero de 2014. El cierre de la fase diocesana tuvo lugar en Kikwit el 23 de febrero de 2014.
(SL) (Agencia Fides 22/02/2021)


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