ÁFRICA/MALÍ - En la región central del país crece el clima de tensión e inseguridad

jueves, 8 agosto 2019

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Bamako (Agencia Fides) - La región central de Mopti es escenario de meses de violencia intercomunitaria. Fuentes militares y de seguridad confirmaron la noticia la muerte de dos soldados malienses y dos civiles el lunes 5 y el martes 6 de agosto. El primer ataque contra dos camiones del ejército tuvo lugar en la región de Koro, donde murieron un soldado y dos civiles; el segundo martes en la región de Ségou, donde murió un policía. Otras personas resultaron heridas. También el martes, en Zinzana, en la carretera entre Ségou y Bla, un gendarme fue asesinado durante una emboscada.

Los ataques, hasta ahora no reivindicados, ocurrieron poco después de la firma de los acuerdos de ‘cese de hostilidades’ entre los grupos armados de Peul, tradicionalmente pastores, y Dogon, principalmente agricultores, en el centro de Malí. El pasado 1 de agosto, las dos comunidades que viven en el municipio de Baye, incluidos los representantes de los grupos étnicos Dafing y Bozo, firmaron un acuerdo de paz, en el que acordaron cooperar entre sí e instaron a los grupos armados, que no se habían sumado al acuerdo, a poner fin a la violencia. El acuerdo es la continuación de lo ya acordado el 25 de julio pasado entre las mismas comunidades.

La hermana Myriam Bovino, misionera de las Hermanas de María Inmaculada, se encuentra en Kati, una ciudad de unos 200.000 habitantes, a unos 15 km de la capital. Actualmente se encuentra en la casa madre de Mortara, en Lombardía, y en una entrevista con la Agencia Fides habló del compromiso de las hermanas en un contexto tan difícil como el de Malí, donde los cristianos son alrededor del uno por ciento.

"La parroquia de Kati reúne un centenar de pueblos, pero sólo podemos estar presentes en treinta. Junto conmigo hay otras tres hermanas. En nuestro centro hemos iniciado varias actividades, especialmente al servicio de los jóvenes", aseguró la hermana Myriam. "En la sastrería seguimos a 160 chicas, tenemos una escuela básica de informática, con tres cursos al año sobre programas de iniciación a Internet. Al final de los cursos los estudiantes deben ser capaces de enseñar a otros, convirtiéndose así en profesores ellos mismos. Entre los estudiantes hay también trabajadores que quieren adquirir nuevos conocimientos para encontrar trabajo. También hemos promovido un curso de panadería - pastelería, otro para peluqueros de diez meses de duración. A todas estas actividades asisten principalmente musulmanes. Los cristianos son, si acaso, una docena", explicó la hermana Myriam.

"Dada la situación de precariedad e inseguridad, las autoridades de Bamako nos han invitado a no ir a las aldeas, o a tomar muchas precauciones, como cambiar regularmente el itinerario, no siempre salir a la misma hora, con el mismo coche, pero vamos allí de todos modos para no dejar a la gente sola", concluyó la misionera que pronto regresará a Malí.

La mayoría de las personas desplazadas en el país se concentran en las regiones de Ségou y Mopti, cuyo número ha aumentado de 18.000 a 70.000 entre mayo de 2018 y mayo de 2019, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCAH). Sin embargo, en las últimas semanas varios cientos de personas han regresado a sus aldeas.

La violencia intermunicipal, junto con los ataques yihadistas, tuvieron su punto álgido el 23 de marzo en Ogassagou, cerca de la frontera con Burkina Faso, donde unos 160 fulani fueron asesinados por presuntos cazadores dogones.
(MB/AP) (Agencia Fides 8/8/2019).


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