Asunción (Agencia Fides) – "¡Basta de violencia y odio! ¡Cesen de matar a sus hermanos!" Este es el título del comunicado de la Conferencia Episcopal de Paraguay (CEP) que expresa la posición de los Obispos en el país ante la situación de la población indígena, que llevó al asesinato de uno de sus líderes el domingo 24 de febrero.
"Sentimos profundamente la muerte del líder indígena Francisco López, el domingo pasado, en la Plaza de Armas, en el centro de Asunción, luego de un violento ataque de asesinos sin piedad, a la familia y amigos de Francisco López, a la comunidad indígena de Paraguay, aseguramos nuestro apoyo y nuestra cercanía espiritual, en este difícil momento que implica la pérdida de una vida humana. Deploramos la falta de asistencia real del Estado de Paraguay para resolver de manera efectiva, real y definitiva, el conflicto subyacente. , que es la falta de tierra, el motivo de sus manifestaciones y su permanencia en la capital del país durante varios meses", así aparece escrito en el texto enviado a la Agencia Fides por la CEP, documento quie se firmó el 25 de febrero.
Los Obispos informan sobre la situación de inseguridad en que vive este grupo de la población, piden que respete sus derechos y continúan diciendo: "También rechazamos la omisión de garantías de las instituciones responsables de proteger el orden y la seguridad de asedio de los marginados que aprovechan la situación para atacar a los hermanos indígenas".
El texto concluye con una solicitud: "Como Iglesia, instamos a las autoridades, en particular al Instituto Nacional Indígena (INDI), a redoblar sus esfuerzos para proteger a los hermanos indígenas y, en particular, a satisfacer sus solicitudes legítimas. No podemos seguir llorando la pérdida de vidas para aumentar la conciencia de la situación crítica en la que viven los más vulnerables y que debería ser el centro de atención preferencial, que nuestro Señor Jesucristo, con su amor incondicional, nos proteja y nos brinde protección, sobre todo, a los pueblos indígenas".
La situación de los pueblos indígenas en Paraguay es bastante compleja. El gobierno había otorgado hectáres de tierra a los representantes de estos grupos étnicos, pero no todos han podido administrar y mantener estas propiedades. Según los datos de la prensa especializada, los terrenos ha cambado de propietarios: desde el pequeño "líder de la comunidad" a los verdaderos empresarios de grandes territorios. En algunos casos, la tierra tiene un doble título de propiedad, en otros, la población indígena se ha convertido en inquilina de su tierra. Hay casos en que el clan o la familia del "líder de la comunidad" se ha convertido en el amo de la gente.
El gobierno, a través del Instituto Indígena (Indi), debe intervenir en muchos de estos casos, pero en la práctica parece que no puede resolver los problemas administrativos o legales de las propiedades. Mientras tanto, la población está pidiendo la intervención urgente de las autoridades para resolver el asunto.
(CE) (Agencia Fides, 28/02/2019)