ASIA/YEMEN - El obispo Hinder: las religiosas mártires eran muy queridas por el pueblo yemení. Sin noticias del sacerdote desaparecido

lunes, 7 marzo 2016 mártires  

Aden (Agencia Fides) – La población local “amaba a las hermanas de la Madre Teresa asesinadas en Aden, admiraban su forma de servir a los demás sin mirar la pertenencia religiosa, sino sólo a la decisión de preferir a los más necesitados. Esto despertaba la simpatía y el afecto entre las personas. Y tal vez, esto mismo molestaba a alguien”. Así explica el obispo Paul Hinder, OFMCap, Vicario Apostólico para Arabia meridional, en una entrevista con la Agencia Fides, cuál es la raíz del odio “diabólico” - según la expresión utilizada por el Papa Francisco - que ha movido al comando armado responsable de la matanza llevada a cabo el pasado viernes en la ciudad portuaria yemení, donde cuatro Misioneras de la Caridad han sido masacradas junto con otras 12 personas, entre colaboradores, ancianos y discapacitados atendidos en la ““Mother Theresa's Home”
En las fotos de los cuerpos de las víctimas, se ve que en el momento de la masacre, las religiosas llevaban puestos sus delantales encima del hábito religioso.
El obispo Hinder confirma que por ahora no hay noticias ciertas sobre el sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil, que estaba en la residencia atacada por los terroristas y que todavía sigue desaparecido, “suponemos que todavía está en manos de los agresores, y los servicios yemeníes están tratando de encontrarlo pero hasta ahora la investigación no ha producido ningún resultado”, informa el Vicario Apostólico. Mientras tanto, la hermana Sally, la madre superiora de la comunidad, originaria de Kerala y que ha escapado de la matanza, se está preparando para salir de Yemen.
Hace aproximadamente un año, cuando estalló en el país el conflicto entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes Huthi, el obispo Hinder recuerda haber hablado con las hermanas sobre la conveniencia de su permanencia en un escenario de alto riesgo. “Ellas” recuerda el Vicario Apostólico de Arabia Meridional, “me dijeron que no había nada que discutir: que no se iban, no importa lo que sucediese, porque querían estar cerca de los que les habían sido encomendados. Era evidente que para estas religiosas indefensas no se trataba de una actuación heroica, sino sólo de su deseo de seguir a Cristo. Yo respeté su elección, y estoy seguro de que su martirio dará sus frutos, también en la vida de los cristianos que viven en la Península Arábiga”. (GV) (Agencia Fides 7/3/2016).


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