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Baghdad (Agencia Fides) – El Patriarca de Babilonia de los Caldeos Louis Raphael I Sako ha instituido el Consejo Pastoral para la diócesis caldea de Bagdad, involucrando, junto con el obispo auxiliar Shlemon Warduni y a veinte sacerdotes de Bagdad a cuarenta laicos (20 hombres y 20 mujeres ) en la gestión concreta de las estructuras diocesanas y la programación de las actividades pastorales. La reunión inaugural del organismo se ha realizado el viernes 11 de octubre en el Centro Cultural de la Iglesia de San José. La próxima reunión esta prevista para el 15 de noviembre.
En la intervención llevada a cabo durante la reunión, el Patriarca Sako ha puesto de manifiesto de entre las funciones del Consejo, la revitalización de las parroquias desde el punto de vista espiritual, con la asignación a los grupos de feligreses de la atención de la oración diaria. El cristiano “tiene que caminar con la cabeza alta”, ha dicho el Patriarca, con la esperanza de que precisamente desde las oraciones diarias pueda florecer también “la confianza en Dios y el no tener miedo de nada”. En particular, S. B Sako ha subrayado la urgente necesidad de confiar a los laicos la gestión de los recursos financieros y consultarles sobre todas las cuestiones administrativas, mejorando el trabajo en equipo. El Patriarca ha querido reiterar con toda claridad que en la Iglesia, “no existe ya la mentalidad de que el poder pertenece a un pequeño grupo y todos los demás tienen que obedecer al instante”.
Dentro del Consejo Pastoral se han creado cuatro subcomités: uno para las actividades culturales, el Comité para las cuestiones sociales, otro para la gestión de los bienes de la Iglesia y el de emergencia, llamado a asumir la responsabilidad de los creyentes que sufren amenazas a sus vidas o bienes.
El domingo 13 de octubre, el Patriarca Sako también ha hecho difundir una carta en la que invita a todos los cristianos caldeos que han abandonado Irak a volver a su tierra natal.
“Vosotros habláis de 'Gran Babilonia' y de 'Asiria Poderosa' escribe S. B. Sako dirigiéndose a grupos de cristianos de la diáspora que cultivan la memoria de la mayoría de las tradiciones nacionales, “pero ¿cuál es el contenido de vuestros discursos? ¿No se trata quizá sólo de sentimentalismo?” “Si volvéis”, dice el patriarca “podremos valorar vuestro talento y conocimientos. (...). Si no volvéis, nos convertiremos en una minoría insignificante. En cualquier caso, vamos a permanecer aquí y no nos iremos, aceptando el comer pan y cebolla con el fin de permitir que nuestra herencia y testimonio cristiano sean perpetuados y continúen. (GV) (Agencia Fides 14/10/2013).
