AMERICA/MÉXICO - Ser emigrante en la frontera de México es un peligro demasiado grande

sábado, 20 noviembre 2010

Bogotá (Agencia Fides) – “El crimen organizado en complicidad con las autoridades migratorias y de seguridad en México ha sembrado un clima de persecución, dolor y muerte para los migrantes provenientes de Centro América”: lo ha denunciado el P. Pedro Pantoja Arreola, asesor del proyecto “Frontera con Justicia de México". El sacerdote, que también es coordinador de una casa ubicada a 400 kilómetros de la frontera México – Estados Unidos, ha dicho que alrededor de 200 migrantes provenientes de Centro América cada día se refugian en “Belén Posada del Migrante” en Saltillo, capital del Estado de Coahuila.
La migración forzada de Centro América es un "calvario de crueldad", y añade que este calvario se inicia desde la entrada a Chiapas (al sur), que es la frontera con Guatemala, en el Estado de Tabasco, hasta la frontera norte donde se viven historias de extorsión, secuestros y muerte.
Padre Pantoja también afirma que la migración centroamericana vive hoy en día la "peor situación". n el 2009 se han perpetrado cerca de 18 mil secuestros de migrantes, lo que ha generado al crimen organizado una ganancia de 25 millones de dólares. Refiriendose a la masacre de los 72 migrantes (ver Fides 27/8/2010), el sacerdote ha subrayado que se trata de una de las tantas crueldades que se viven en esta zona. Estas declaraciones las ha realizado en el marco del Encuentro Continental Latinoamericano de Pastoral de las Migraciones, que se celebra en Bogotá del 17 al 20 de noviembre.
En México, justo ayer, como preparación de la fiesta de Cristo Rey, Mons. Enrique Díaz Díaz, Obispo Auxiliar de San Cristóbal, ha recordado las palabras de Mons. Alberto Suárez en la Catedral de Morelia delante de 18 michoacanos torturados y enterrados en una fosa clandestina, hace una semana: “Esto que estamos viendo es resultado de años de descuido, de fracaso de todos los aspectos de la política y la educación; no ha surgido espontáneamente, es fruto de años en los que se ha venido destruyendo el tejido social ante la pérdida de valores… como si Dios no existiera”. (CE) (Agencia Fides, 20/11/2010)


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