AMERICA - “Los Países no deben consagrar sus esfuerzos exclusivamente al control de los flujos migratorios sino también a la protección del migrante y la lucha contra el crimen organizado”: el Arzobispo Vegliò clausura el Encuentro Continental de Pastoral de las Migraciones

sábado, 20 noviembre 2010

Bogotá (Agencia Fides) – La organización de los grupos de emigrantes; trabajar en equipos trans-fronterizos construyendo puentes sólidos para el beneficio de los emigrantes; aumentar la colaboración con instituciones non-gubernamentales, gubernamentales y estatales; combatir la idea que el tráfico ilícito de emigrantes constituye una forma normal de emigración; trabajar para que sean adoptados los mecanismos internacionales de protección de los derechos de todos los emigrantes y de sus familiares; enviar sacerdotes misioneros que asistan espiritualmente las comunidades emigrantes de la diáspora: estas son algunas de las recomendaciones expresadas por el Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes y los Itinerantes, el Arzobispo Antonio M. Vegliò, durante la Santa Misa que ha celebrado en Bogotá como clausura del Encuentro Continental Latino-americano de Pastoral sobre las Migraciones, que se ha celebrado en la capital de Colombia, del 17 al 20 de noviembre, sobre el tema “Por una mejor pastoral de las migraciones económicas y forzadas en América Latina y en el Caribe”. El encuentro está organizado por el Consejo Pontificio en colaboración con la Sección para la Movilidad Humana del Consejo Episcopal Latino-Americano (CELAM),
Resumiendo en su homilía los temas fundamentales que han surgido en el Encuentro, Mons. Vegliò ha puesto de relieve que “el fenómeno migratorio en el siglo XXI es un desafío para todos”, porque “la migración, sea económica sea forzada, es un fenómeno internacional cuyos problemas deben también abordarse eficazmente desde un punto de vista ético, multilateral y multidisciplinario”. obre todo las mujeres, son especialmente vulnerables a caer en manos de redes o mafias del crimen organizado transnacional, ha recordado el Arzobispo, ya que los emigrantes son fácilmente engañados por los tratantes y traficantes, quienes les prometen un futuro más digno y maneras más fáciles de ganar dinero en el extranjero. Una vez convencidos, los emigrantes son conducidos, generalmente por vías irregulares y sin recibir ningún tipo de información, a países de los cuales desconocen todo, desde el idioma hasta la legislación. “En estos Países, los derechos de los migrantes no son respetados – ha remarcado Mons. Vegliò - y se ven obligados a trabajar como empleados domésticos en condiciones de esclavitud o en la industria del sexo”. Las víctimas de la trata, atrapadas entre las amenazas de sus explotadores y la condición irregular en el país de acogida, no se atrevan a denunciar los abusos a los que están sometidas, a ello se suman las deudas que los agentes de mafias imponen tanto a las víctimas como a sus familias.
“Esto revela que la migración es un fenómeno complejo que involucra también redes del crimen organizado. Los Países no deben consagrar sus esfuerzos exclusivamente al control de los flujos migratorios sino también a la protección del migrante y la lucha contra el crimen organizado” ha remarcado el Presidente del Consejo Pontificio, que espera que se adopten medidas que garanticen que las personas que denuncian ser víctimas de la trata no sean penalizadas por su entrada irregular en el país y sean adecuadamente protegidas.
“El aumento constante de las migraciones entre los países latinoamericanos y hacia otros países del mundo es una señal de los tiempos – ha afirmado Mons. Vegliò -. La Iglesia debe interpretar esta señal y tenerla en cuenta para promover fraternidad y solidaridad. Su objetivo es la construcción de una ‘sociedad integrada’”(SL) (Agenzia Fides 20/11/2010)


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