AFRICA/CONGO RD - El párroco de Mbau amenazado de muerte y atracado por dos bandidos: la violencia enviste la región

jueves, 30 septiembre 2010

Kinshasa (Agencia Fides) - P. Agustín Mbusa, asuncionista, párroco de Mbau, en el territorio de Beni, al Norte de Kivu, en el noreste de la República Democrática del Congo, ha sido amenazado de muerte y atracado algunos por hombres vestidos con uniformes del ejército congoleño (Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo - FARDC). Según un informe publicado en el diario Beni-Lubero online, en la terde del 29 de septiembre, mientras el párroco estaba cerrando las puertas de la parroquia, un hombre con uniforme militar lo ha agredido y le ha apuntado con una pistola en la cabeza. Poco después ha aparecido un cómplice vestido de paisano.
Los dos hombres, después de haber amenazado de muerte al p. Agustín, le han pedido dinero. El sacerdote se ha visto obligado a entregar todo el efectivo que tenía. Mientras tanto, la llegada de algunos jóvenes ha empujado a los bandidos a huir.
El episodio es uno de los muchos actos de violencia y bandidaje que afectan a la región. “El sector de Mbau- escribe Beni-Lubero Online- es uno de los más afectados en el territorio de Beni por la violencia de las FARDC y de los que son llamados rebeldes ugandeses ADF-NALU, que en lugar de afrontarse, se enfrentan a la población civil”.
En el caso de los soldados regulares, esto se debe al hecho de que las tropas no reciben su paga. “Cuando se ha entrevistado a algunos soldados de las FARDC han acusado Kinshasa (capital del País) y Goma (capital de Nord-Kivu) de desviar sus nóminas y de no equipararlas como se debe para llevar a cabo la operación de Ruwenzori. Así, hambrientos, los militares usan las armas como medio de supervivencia”, escribe el periódico local.
La operación Ruwenzori se inició en el verano por las FARDC contra los rebeldes ugandeses ADF (Allied Democratic Forces)-NALU. La acción militar ha sido criticada por las organizaciones humanitarias locales y por los representantes de la sociedad civil por sus consecuencias sobre la población local. Según Radio Okapi (también financiada por la ONU) en julio, más de 30 mil personas han tenido que huir de la zona donde se estaban realizando las operaciones militares. Los misioneros que operan en la región también han denunciado reiteradamente esta situación (ver Fides 11/8/2010). (L.M.) (Agencia Fides 30/9/2010)


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