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Ciudad de México (Agencia Fides) – "la matanza de drogadictos empezó en Ciudad Juárez pero la desaparición, secuestros y asesinatos de adictos son una constante en toda la República, parece casi una ‘limpieza social’. Son la parte más débil de la cadena del narcotráfico y de la violencia que sufrimos, por esto los eliminan”: ésta fue la denuncia publicada en la prensa local por el padre Guillermo Flores, sacerdote católico, que dirige la casa de asistencia para drogadictos “Fuente de Vida” en Guadalupe, Nuevo León.
La venta de la droga al por menor existía en un tiempo sólo en áreas específicas de la zona metropolitana de Monterrey, pero actualmente se ha convertido en un auténtico negocio para los Zetas, una de las mayores bandas de narcotraficantes que dominan el mercado en la ciudad, según cuanto explica la policía. Los negocios que venden la droga de modo camuflado abundan, y pueden vender de todo: alimentos, perfumes, fruta, locales nocturnos, tabernas, bares…
Según una reciente investigación, el 63% de los mexicanos está gravemente involucrado con el narcotráfico (consumidores, distribuidores o traficantes) y el 8% está bajo el total control de las bandas de traficantes. En todo el país serían cerca de 20 millones de consumidores de estupefacientes y más de un millón de drogadictos. Según la policía, un gramo de cocaína o de crack cuesta menos de 10 dólares.
Gran parte de las clínicas de desintoxicación y recuperación en México son privadas. Se estima que cada año se recuperan más de 100.000 personas a través de tratamientos (de una población de unos 100 millones de habitantes). La Iglesia católica también en este campo ha sido pionera. Por ejemplo, en la Arquidiócesis de México, Caritas ofrece un programa integral para liberar a aquellos que han caído en el mundo de las drogas, denominado “Ama la Vida”, que asiste a 60 personas a través de la red Caritas. (CE) (Agencia Fides, 27/09/2010)
