ÁFRICA/SOMALIA - “Las ambiciones personales minan las instituciones somalíes”, declara a Fides el Administrador Apostólico de Mogadiscio

miércoles, 22 septiembre 2010

Mogadiscio (Agencia Fides) – “Las ambiciones personales y la rivalidad por el control de los recursos donados por la comunidad internacional son el fundamento de la dimisión del Primer Ministro”, afirma a Fides Su Excelencia Mons. Giorgio Bertin, Obispo de Gibuti y Administrador Apostólico de Mogadiscio, capital de Somalia, donde ayer, 21 de septiembre, dimitió el Primer Ministro Omar Abdirashid Sharmarke.
La dimisión del Premier llega después de meses de tensión entre los más altos cargos del Estado, iniciadas en mayo, cuando el presidente Ahmed anunció que había designado a un nuevo Premier, luego de que el Gobierno de Transición Nacional fuera aplaudido en Parlamento con un voto de confianza. Sharmarke había rechazado dicho voto considerándolo “inconstitucional”. Las divergencias condujeron a la desautorización del Presidente de la Cámara, poniendo a la luz la fragilidad de las Instituciones, Gobierno y Parlamento, reconocidas por la comunidad internacional.
“Es un sistema que se rige sólo en base a las ayudas internacionales, pero que no está en la capacidad de corresponder a los intereses reales de Somalia”, afirma Mons. Bertin. “A mi parecer, si la comunidad internacional abandonase el liderazgo y dejase que la población somalí asuma sus propias responsabilidades, podría producirse un momento de mayor claridad. No existiría el alibi de las interferencias extranjeras y los somalíes se verían obligados a elaborar una política seria para salir de la crisis en la que está hundida la nación”.
“Me doy cuenta de que se trata de una apuesta al azar, pues por un lado existe el riesgo del fundamentalismo islámico, que puede extenderse a los países vecinos, y por otro el de la guerra de todos contra todos por el control del “botín” real o presunto –subraya Mons. Bertin. Pero en estas circunstancias, me parece que no se puede seguir adelante con un gobierno de Transición Nacional que controla sólo una parte de Mogadiscio, mientras los Shabab se vuelven cada vez más atrevidos, y los civiles son víctimas del fuego cruzado. La única alternativa sería una intervención seria de la comunidad internacional con los medios adecuados y con una estrategia clara para traer nuevamente el orden”.
Pedimos a Mons. Bertin, que precise cuáles podrían ser los escenarios que se tendrían una vez que el Gobierno de Transición Nacional cayese: “Los Shabab podrían dividirse interiormente por el control del poder y dados los escasos recursos económicos del país. No excluyo además enfrentamientos entre los Shabab y el otro grupo integrista, el Hizbollah. Este último parece ligado a algunos clanes somalíes, mientras que los Shabab parecen ser un movimiento inter-clánico, una realidad rara para Somalia. Sin embargo podría prevalecer el deseo de paz de la población, que estaría dispuesta a aceptar también ciertas limitaciones de su libertad a cambio de obtener un poco de serenidad y un régimen en grado de garantizar un mínimo de seguridad y de orden”.
“Una situación bien lejana del ideal, pero de la cual tal vez se podría partir nuevamente para mejorar gradualmente las condiciones de los somalíes, que están sufriendo desde hace demasiado tiempo”, concluye el Administrador Apostólico de Mogadiscio. (L.M.) (Agencia Fides 22/9/2010)


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