EUROPA/ITALIA - Los Institutos Misioneros en Italia reafirman que “la cultura del respeto, de la igualdad y de la valoración de la diversidad, es capaz de ver a los migrantes como portadores de valores y recursos”

martes, 6 julio 2010

Roma (Agencia Fides) – “También con respecto al fenómeno de la migración nosotros misioneros y misioneras nos proponemos una lectura llena de fe y esperanza porque, más allá de las consecuencias dramáticas que a menudo acompañan las historias de los inmigrantes, sus caras y sus vivencias llevan el sello de la historia de la salvación y de la teología de los ‘signos de los tiempos’. La Iglesia, de hecho, pretende afirmar una cultura del respeto, de la igualdad y de la valorización de la diversidad, capaz de ver a los migrantes como portadores de valores y recursos”. Lo escribe la Conferencia de los Institutos Misioneros en Italia (CIMI) y su Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación en un documento sobre el tema “Misioneros/as e Inmigrantes. No podemos permanecer en silencio”.
Tras recordar que “vivimos en la era de la mayor movilidad de la historia conocida. Más de 214 millones de migrantes internacionales, cerca de 740 millones de personas desplazadas, algunas personas desplazadas internamente. Esto significa que una de cada siete personas en el mundo es un migrante”, el texto presenta una visión general de la situación, europea e italiana, en relación con las políticas de migración, tocando algunos puntos neurálgicos, como la xenofobia y el racismo, los Centros para la identificación y expulsión, la legislación, las expulsiones, el tráfico, los derechos humanos... “La presencia de los inmigrantes entre nosotros - está escrito en el texto - nos recuerda que, del punto de vista bíblico, la libertad y el bienestar son dones y, como tales, se pueden mantener solamente si se comparten con aquellos que no los tienen. Los fundamentos del respeto y de la aceptación de los migrantes se encuentran, para nosotros los creyentes, en la Palabra de Dios”.
Entre los compromisos adquiridos, el texto declara que está dispuesto a “aprender a leer la migración como ‘un signo de los tiempos’, para la Iglesia y la Sociedad” escuchando la llamada de los documentos del Magisterio; comparte las declaraciones de los Obispos africanos sobre emigración pronunciadas durante el Segundo Sínodo para África en octubre de 2009 y reitera su deseo de estar “de la parte de los inmigrantes” como “opción de los últimos”; pone de relieve la necesidad de una acción, con personal e instalaciones para trabajar con los inmigrantes. Por último una invitación a la Conferencia Episcopal Italiana para que prepare un documento que “ofrezca una orientación adecuada a las comunidades cristianas”. (SL) (Agencia Fides 7/6/2010)


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