AFRICA/SENEGAL - El silencio en las familias es una de las principales causas de la violencia que sufren las niñas entre 10 y 13 años

martes, 15 junio 2010

Ziguinchor (Agencia Fides) – Según un grupo de investigadores de la Casamance, región meridional de Senegal, la seguridad de las niñas depende de la voluntad de las familias para hablar sobre las violencias sexuales. De un estudio realizado por UNICEF y por la Universidad de Ziguinchor, emerge que la violencia contra niñas entre 10 y 13 años de edad está muy generalizada. En Kolda, Ziguinchor y Sédhiou, la familia, las presiones sociales y culturales, alimentan el silencio y la impunidad. Después de conocer numerosos casos de embarazos precoces y de violencia en las escuelas y los alrededores, UNICEF en 2008 y 2009, inició y llevó a cabo esta investigación para obtener una cuadro más detallado de la naturaleza, el alcance y las causas de este fenómeno. “Es muy urgente que los tabúes que rodean la violencia sexual se muestren en la sociedad y especialmente en la familia”, se lee en el informe. En esta cultura el honor familiar es un factor importante. Se piensa principalmente en salvar la imagen entre los adultos; las personas no se dan cuenta de las graves consecuencias que tendrán estas pobres niñas durante toda su vida. En algunos casos, incluso queriendo reaccionar, tienden a resolver el problema en casa.
Por otra parte, las familias no quieren hablar de los “acuerdos” entre los miembros de las mismas familias y los autores de las violencias, lo que hace difícil abrir el debate sobre esta cuestión y su impacto en la comunidad. En muchos casos el agresor es un miembro de la misma familia. Las chicas están destinadas al matrimonio, y por eso las familias no quieren que las dejen solas y marginadas. El negativo impacto cultural en las niñas no se limita a los casos de violencia sexual, desafortunadamente, existen otras prácticas igualmente violentas, como el matrimonio forzado a una edad temprana, los embarazos prematuros y la mutilación genital. Son rituales y prácticas que forman parte de las creencias religiosas y tradicionales, y no es fácil erradicarlas. El informe hace hincapié en que las instituciones sanitarias, las de educación y los servicios sociales deben trabajar juntos para combatir todas las formas de violencia contra los niños. Las dos instituciones hacen un llamamiento a mejorar la educación sobre la violencia sexual y los derechos infantiles tanto a niños como adultos, prestando asistencia jurídica a las víctimas, y fortaleciendo los servicios sociales para las niñas traumatizadas por las violencias. (PA) (Agencia Fides 15/6/2010)


Compartir: